Tipos de cáncer de mama y tratamientos cosméticos

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Muchas veces, en nuestra practica habitual nos encontramos con pacientes que nos hacen preguntas del tipo: “Si mi cuñada tiene cáncer de mama y yo también ¿por qué su tratamiento es diferente al mío?” o, por ejemplo, “tuve cáncer de mama y mi hermana también, a mí se me cayó el pelo y a mi hermana no, ¿por qué?”

La respuesta es simple, NO TODOS LOS CANCER DE MAMA SON IGUALES y, por lo tanto, el tratamiento de cada uno de ellos también va a ser diferente.

Vamos a explicar cada uno de ellos de manera muy sencilla:

Tipos de cáncer de mama
Hay muchos tipos distintos de cáncer de mama que se definen por la ubicación en donde comienzan, su crecimiento o extensión, y su comportamiento. Esto ayudará a decidir cuáles son las mejores opciones de tratamiento.

CANCER DE MAMA INVASIVO
Cuando el cáncer de mama se denomina invasivo (o infiltrante), significa que se ha extendido a los tejidos mamarios cercanos. Los dos tipos de cáncer de mama invasivo más frecuentes se definen en función de la ubicación donde comienzan a desarrollarse en la mama:
• El carcinoma ductal invasivo es un tipo de cáncer de mama invasivo que comienza en los conductos lácteos, que son las “tuberías” que transportan la leche desde los lobulillos al pezón. Es el tipo de cáncer de mama más frecuente: alrededor de un 80 % de todos los tipos de cáncer de mama son carcinomas ductales invasivos.
• El carcinoma lobular invasivo es un tipo de cáncer de mama invasivo que comienza en las glándulas productoras de leche de la mama, llamadas lobulillos. Es el segundo tipo de cáncer de mama más frecuente: alrededor de un 10 % de todos los tipos de cáncer de mama son carcinomas lobulares invasivos.
Algunos tipos de cáncer de mama invasivos poseen características que afectan su desarrollo y su tratamiento:
• El cáncer de mama triple negativo es una forma de cáncer de mama invasivo agresivo que da resultados negativos para receptores de estrógeno y para receptores de progesterona, y no posee proteínas HER2 adicionales. Alrededor del 12 % de todos los casos de cáncer de mama invasivo son triple negativo.
• El cáncer de mama inflamatorio es una forma de cáncer de mama invasivo poco frecuente y agresivo. En los Estados Unidos, aproximadamente el 1 % de todos los casos de cáncer de mama son de cáncer inflamatorio.
• El cáncer de mama metastásico, también llamado cáncer de mama en estadio IV, es un tipo de cáncer de mama invasivo que se ha extendido (ha hecho metástasis) más allá de la mama hasta llegar a otras partes del cuerpo, como los huesos, el hígado, los pulmones o el cerebro. El cáncer de mama puede volver en otra parte del cuerpo meses o incluso años después del tratamiento original (llamado recurrencia metastásica), pero algunas personas reciben un diagnóstico inicial de enfermedad metastásica (esto se denomina cáncer de mama metastásico “de novo”).
• El cáncer de mama recurrente es el cáncer de mama invasivo que vuelve a aparecer meses o años después del tratamiento. El cáncer de mama puede volver a aparecer en la misma mama (recurrencia local), cerca de los ganglios linfáticos de la axila o la clavícula (recurrencia regional) o en otra parte del cuerpo (recurrencia metastásica o distante).
• El cáncer de mama en hombres es poco frecuente, pero sucede. Menos del 1 % de todos los casos de cáncer de mama se diagnostican en hombres. La mayoría de los casos de cáncer de mama en hombres son carcinomas ductales invasivos.
• La enfermedad de Paget en la mama es una forma poco frecuente de cáncer de mama en la que se acumulan células cancerosas en el pezón o a su alrededor.
Además hay cinco subtipos moleculares principales del cáncer de mama invasivo, en función de los genes presentes en el tumor canceroso. El subtipo molecular del cáncer de mama puede afectar el tratamiento de la enfermedad.  

CANCER DE MAMA NO INVASIVO
Cuando el cáncer de mama se llama no invasivo (o in situ), significa que no se ha extendido más allá del tejido mamario donde se originó. El cáncer de mama no invasivo también se denomina afección precancerosa.
Existen dos tipos principales de cáncer de mama no invasivo:
• El carcinoma ductal in situ es un tipo de cáncer de mama no invasivo que no se extendió fuera de donde se originó, en los conductos lácteos. El carcinoma ductal in situ no es potencialmente mortal, pero se considera un precursor del cáncer de mama invasivo y aumenta el riesgo de padecer esta enfermedad más adelante. Alrededor de un 16 % de todos los diagnósticos de cáncer de mama son de este tipo de cáncer.
• El carcinoma lobular in situ es un tipo de cáncer de mama no invasivo que no se ha extendido fuera de donde se originó, en los lobulillos. A pesar de su nombre, el carcinoma lobular in situ es una afección benigna de la mama y no es un cáncer de mama verdadero.
• Tumores phyllodes cancerosos de la mama son poco comunes y representan menos del 1 % de todos los tumores mamarios. La mayoría de los tumores phyllodes son benignos, es decir, no cancerosos, pero cerca del 25 % son cancerosos.
Fuente: breastcancer.org

Una vez que tenemos claro cuales don los diferentes tipos de cáncer de mama a los que nos podemos enfrentar, tenemos que saber que uno de los órganos que más se van a ver afectados por los diferentes tratamientos oncológicos es la piel .

La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo, y uno de los más importantes. Cumple dos funciones de vital importancia:
• Controlar la temperatura corporal.
• Actuar como una barrera, protegiendo al cuerpo de las agresiones externas

El cáncer puede alterar la integridad de la piel debido a:
• La acción directa de los tratamientos tradicionales (cirugía, radioterapia y quimioterapia)
• La toxicidad derivada de los tratamientos (quimioterapia, hormonoterapia, terapias dirigidas, inmunoterapia) que producen alteraciones sobre la piel y sus añejos (cabello y uñas) en diferentes grados. Este tipo de tratamientos, provocan en la piel una alteración en una de las funciones más importantes de este órgano, la función barrera, lo que se traduce en sequedad extrema, picor, inflamación, dolor, grietas y fisuras en manos y pies, roturas en las uñas, erupciones, rojeces, etc.

Los problemas de la piel afectan emocionalmente al paciente, aumentando su irritabilidad, su ansiedad, su enfado, sus inseguridades; por lo tanto, es muy importante para los pacientes, tener profesionales de la salud a su alcance (enfermeras, médicos, farmacéuticos) que les aconsejen qué pueden hacer, qué soluciones existen, cómo se pueden cuidar, qué medios tienen a su alcance…

Las situaciones más frecuentes relacionadas con los problemas de la piel causados por los tratamientos oncológicos son la desmotivación en los cuidados, el dolor, las molestias, la no aceptación de los cambios físicos. Esto conlleva a una disminución en su calidad de vida la cual pasa por el control de síntomas físicos y psicológicos causados por la enfermedad y los tratamientos.

Un adecuado cuidado de la piel genera alivio en el paciente, no solamente a nivel físico, sino también a nivel emocional, disminuyendo la gravedad de estos síntomas estamos disminuyendo estados de ansiedad e irritabilidad, y estamos favoreciendo la adherencia al tratamiento, incrementando su autoestima, confianza y seguridad.

Socialmente, se produce una disminución del aislamiento, con una mayor aceptación de la enfermedad y un mayor acercamiento hacia los demás. En definitiva, un correcto cuidado de la piel ofrece unos beneficios muy importantes para que el paciente tenga una mejor calidad de vida.

Existen una serie de recomendaciones de hábitos, rutinas de higiene y cuidados específicos durante los tratamientos oncológicos; cuatro sencillos pasos fáciles de seguir y de aplicar:

La higiene: es un paso fundamental para cualquier piel, ya que una limpieza inadecuada puede perjudicar la función barrera de nuestra piel y profundizar el daño ya causado. Los jabones suelen ser muy alcalinos, debemos utilizar productos de tipo syndet, con pH fisiológico (5.5), enriquecidos con elementos hidratantes como la glicerina o la manteca de karité. El agua termal también es un complemento muy importante para evitar la inflamación de la piel. Y es muy importante recordar que las duchas deben ser cortas y con agua templada, y los productos nunca deben ser aplicados con esponjas.

La hidratación y reparación: las cremas hidratantes compensarán la falta de agua y lípidos que la piel ha perdido, además tienen la capacidad de devolverle la suavidad y la elasticidad a la piel. Siempre hay que recordar que debemos evitar los productos con base alcoholada y los perfumes, ya que pueden ser alergizantes. Cuando se ha producido la perdida parcial o completa de la capa más superficial de nuestra piel, debemos incluir los reparadores epidérmicos que permiten acelerar el proceso natural de la reparación de la piel, disminuyendo la inflamación y el dolor, y debemos incluir los agentes antibacterianos para evitar sobreinfecciones.

La fotoprotección: actualmente todas las terapias oncológicas pueden producir fotosensibilidad, en mayor o menor grado, lo que se traduce en un aumento en la sensibilidad de la piel frente a la radiación solar, tanto UVB como UVA. Tenemos que buscar productos con una protección muy alta en UVB (+50) y UVA; fotoestables y adaptados a cada necesidad y actividad de los pacientes. Y muy importante, al igual que los productos antes mencionados, a ser posible, testados en pacientes oncológicos.

Maquillaje corrector terapéutico: el maquillaje es un punto de apoyo que permite devolverle la naturalidad y la luminosidad al paciente, enmascarando o disimulando los cambios visibles en el rostro como puede ser el tono cetrino, las manchas, erupciones, cicatrices, rojeces, la pérdida o despoblación de cejas y pestañas.

Siguiendo estas pautas de cuidados dermocosméticos antes, durante y no olvidemos incluso después de haber terminado su tratamiento, mejoraremos, sin duda, el estado de nuestra piel mejorando sustancialmente la calidad de vida de los pacientes sometidos a los diferentes tratamientos oncológicos.

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