Liderazgo en tiempos de crisis

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Vivimos tiempos complejos, obvio es decirlo.Agudizados aún más en este último mes y medio en el que se ha complicado nuestro día a día a causa del COVID19.

No hay duda de que la crisis social comenzó mucho antes, no me atrevería a decir cuando, porque hay muchos autores que hablan de ello y por tanto muchos momentos de origen.

Unos lo llaman crisis de valores, otros ecológica, otros económica. Cambio de estructuras sociales, globalización, migraciones, cambio climático y sus consecuencias, nos plantean grandes desafíos a los que debemos dar respuesta si no queremos perder el rumbo de nuestra sociedad.

Pero también frente a estos problemas sociales, se abren grandes oportunidades que necesitan de referentes que puedan aportar visión e inspiración para superarlos.Referentes que deben ser la piedra angular para la generación de los cambios positivos que la sociedad necesita.En resumen, retos que deben ser asumidos por líderes sociales.

Si nuestro amigo Forest Gump tuviera que definirlo, diría que Líder es el que lídera, igual que tonto, según el, es el que dice tonterías.Una manera demasiado simple de definirlo.

Pero, ¿Qué es un lider? ¿Qué es liderar?. Liderar según el diccionario es encabezar, guiar y dirigir un grupo o movimiento social, político, religioso, etc.

Según Peter Northouse, liderar es un proceso por el cual una persona o un grupo de personas influyen en una serie de individuos para conseguir un objetivo común. Yo quizás, sin ánimo de contradecir a Northouse, cambiaría a influyen la palabra movilizan, acercando con ello esta definición a la de Kouzes y Posner (1) y añadiría al proceso el adjetivo transparente.

Es decir, podemos acotar el liderazgo como un proceso transparente, que conlleva influir y movilizar, en un contexto de comunidad-grupo-equipo- con la intención de conseguir un objetivo común.

Tendemos a confundir liderar con gestionar, o en un lugar todavía inferior, tener un título de mando.Los medios de comunicación suelen usar mucho el término “el líder de…” solamente por el hecho de ser el gestor de un determinado movimiento.Y repito en eso muchas veces nos confundimos.Ni todos los gestores son líderes, ni todos los líderes necesariamente tienen que saber gestionar.En este último punto, una habilidad del líder es saberse rodear de un equipo de expertos, de buenos gestores en cada área que resuelvan sus posibles carencias.

La gestión es una ciencia. Liderar es un arte. El arte de conseguir un cambio social en cualquier ámbito mediante el apoyo social.

Siguiendo con las diferencias del líder, dice Peter Drucker, que liderazgo no es un título, privilegios o dinero.Liderazgo es responsabilidad.La responsabilidad del bien común.

Muchos de los movimientos sociales más importantes a lo largo de la historia, han contado con una o varias personas que han sido capaces de aglutinar una serie de características necesarias para llevar al movimiento a conseguir los objetivos marcados.Han logrado reunir las voluntades individuales, sumarlas y crear un objetivo de grupo.

Personas como Mahatma Ghandi, Winston Churchill o Nelson Mandela han liderado movimientos que han arrastrado a millones de personas en torno a un objetivo común.

Pero si os fijáis en la biografía de estos personajes, sus proyectos no han estado exentos de dificultades. Generalmente provocadas por detractores de su misión que ha supuesto incluso que muchos de ellos hayan acabado en la cárcel. Pero siempre con una firme convicción de valores, creencias, misión y sobre todo el apoyo de gran parte de la sociedad en torno a un objetivo común.

Volviendo al COVID19 obvio es decir que esta pandemia requiere de la toma de decisiones firmes, concretas y bien fundamentadas. Decisiones que nos conducirán en un futuro a un cambio social del que ya nos vienen avisando bajo la denominación-que no me gusta nada- de nueva normalidad.

Estamos inmersos en un proceso que nos conducirá a terminar con el temido COVID19, o al menos a acabar con su extrema letalidad y su alta capacidad de morbi-mortalidad en la población.

Y este camino lo deben guiar líderes que deben contar con la participación y el consenso de toda la elite política, empresarial, social y por supuesto de nuestra sociedad.

Y por supuesto con un equipo de expertos coordinado, multidisciplinar que cuenta que diseñe y desarrolle un plan viable en el entorno actual y sostenible en el futuro.Y que logre el respaldo de los grupos ya mencionados.

Para un buen líder seguramente la situación de emergencia no sería más que un objetivo intermedio. Estamos ante una gran oportunidad para implicar de mayor manera a la comunidad en el cuidado de su salud.Cambiar esa mentalidad y la forma de entender la salud centrada en la atención sanitaria, sin apenas peso en la salud pública y en la implicación de la comunidad. En definitiva, y hablando de salud, lograr un cambio social.

Todo ello con la transparencia que en una situación como esta requiere, y que es la mejor vacuna contra miedos y bulos que, en estado de alarma, pueden añadir problemas a una situación ya demasiado complicada. Y que no duden se complicará más porque se avecina la tormenta perfecta: “crisis sanitaria, crisis económica, crisis social”.

En definitiva, tiempos de líderes. Líderes sociales en distintos planos: Político, empresarial y cada vez con mayor importancia, del tercer sector en un contexto de cambios y decisiones que serán fundamentales para el bien común.Decisiones que, en ocasiones, no serán fáciles de tomar.

En el marco de estas características, y ya centrados en la persona, quiero destacar algunos atributos que nos ayudarán a identificar a un líder, y que esperamos estén muy presentes en quienes nos guíen en los próximos meses en este escenario complejo.

-Comunica de forma rápida, frecuente y fluida. Es transparente. Informa de todos los aspectos relacionados con el proyecto que encabeza.Primero a su equipo más cercano e inmediatamente después a los grupos de interés. Todo ello en el tiempo y la forma adecuada.Esta información debe ser de calidad, clara y actualizada de forma periódica.

-Estudia la situación y prepara un plan. La correcta identificación de los problemas en cualquier escenario-datos iniciales, recursos disponibles, grupos de interés, garantiza una adecuada elección de las actividades a realizar y con ello la elaboración de un plan solido que permita la consecución de un objetivo final.

Para ello es fundamental rodearse de expertos -un líder no tiene porqué saber de todo- con los que contrastar los datos objetivos, analizarlos y con ello tomar decisiones con una base firme. En resumen, formar un equipo multidisciplinar.

Hago un inciso. Todo movimiento social suele nacer en principio como una utopía. Tomando como referencia la misión, se deben contemplar etapas con objetivos más específicos, medibles, realizables y realistas. Hitos concretos que nos permiten escalar, medir y evaluar nuestro progreso.

-Es positivo sin perder realismo. No pierde de vista la realidad y la expone tal como es. Pero a su vez, tiene que trasmitir confianza, que es consecuencia del punto anterior, de tener un plan. Y contar con alternativas ante las dificultades que surgen a lo largo del camino.El escenario adecuado para transmitir optimismo.

-Tiene capacidad crítica en todos los contextos. Empezando por sus propias actuaciones. La capacidad crítica es una de las mayores virtudes de un líder.Con ello garantiza una mejora continua en cada una de las actuaciones a realizar, con una constante evaluación de las actividades y del progreso del plan previsto.

-Conoce y asume el rol, tanto institucional como personal que tiene, en este caso en la emergencia. Es posible que no sea el que más le gustaría, pero si el que le hace más útil. Sacrificarse por la misión final, es una de sus características principales.

-Muestra empatía, con su equipo y todos los grupos de interés. En tiempo de pandemia, con las consecuencias dramáticas que acarrea -decenas de miles de muertos y enfermos- es fundamental empatizar con todos los afectados y la sociedad en general.

-Se cuida mental, emocional y físicamente. Llegado el momento, tiene que dar lo mejor de si mismo y para ello, el cuidado, empieza por él. Saber descansar, desconectar y manejar los tiempos, agilizará en gran medida la toma de decisiones.

-Controla sus emociones. A lo largo de cualquier proceso un líder se enfrenta a multitud de situaciones de estrés emocional. Saber controlar las emociones, y mantener una línea constante ante las buenas y malas noticias, y ante cualquier amenaza generará una sensación de seguridad en todos los grupos de interés y conferirá solidez al proyecto.

-Es fiel a sus ideas, valores y a la misión de la entidad que dirige teniendo que adaptarse en muchas ocasiones a las situaciones extraordinarias que surgen.Pero siempre con la misión en el horizonte.

Y ante todo, toma sus decisones pensando siempre en el interés general.

Hemos hablado durante este artículo de “buenos lideres”. Pero eso no significa ser un líder bueno.

La historia está llena de líderes que han utilizado sus capacidades en beneficio propio o de las estructuras que representan. Y estos son líderes…malos.

En definitiva, y como conclusión final, estamos necesitados de personas que sean capaces de unificar la respuesta social ante los problemas que la sociedad arrastra. Dice un proverbio chino que “Si caminas sólo, irás muy rápido; si caminas acompañado llegaras más lejos.”.

Aglutinar el esfuerzo de la comunidad, generar optimismo, aportar credibilidad y sobre todo ofrecer soluciones en procesos sólidos, es algo que será necesario para todas aquellas personas que en cualquiera de los tres ámbitos -público, privado y social- lideren las actuaciones de nuestra sociedad, con el objetivo de solucionar cada uno de los grandes problemas que a amenazan a día de hoy a la misma.

Ángel Acisclo Huélamo Villanueva-Director General de Farmacéuticos Sin Fronteras
Farmacéutico, especialista en salud pública, y posgrado en dirección y liderazgo de ENL

Se adjunta infografía referida a este post.

(1) Según Kouzes y Posne en The Leadership challenge, Liderares el arte de movilizar a otros para luchar por una aspiración compartida.

Bibliografía:

CARRERAS I., LEAVERTON A., SUREDA M.- (2009) Líderes para el cambio social. - Instituto de Innovación Social-ESADE.-España
NORTHOUSE, P (1997) Leadership; Theory and Practice, Sage; Thousand Oaks (CA), USA

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