Cáncer y salud pública

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CANCER Y SALUD PÚBLICA: CONDICIONANTES SOCIALES EN PREVENCIÓN

De las muchas definiciones que tenemos sobre salud pública, la que más me gusta es la definición de Winslow (1920) “La Salud Pública es una ciencia y arte de evitar enfermedades, alargar la vida y fomentar la salud y eficiencia con los esfuerzos de la comunidad. Evitar enfermedades, alargar la vida de la comunidad.

El cáncer supone, junto con las enfermedades cardiovasculares, el problema más importante de salud pública de nuestros tiempos a nivel mundial, siendo una de las mayores causas de mortalidad en la actualidad.

Basta recordar que, en cuanto a mortalidad en España es la primera causa de muerte en hombres y la segunda en mujeres, según los datos que aporta la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) en su informe Las cifras del cáncer en España 2020.

A la propia mortalidad, hay que añadir otra serie de factores que merman en gran medida las capacidades de funcionamiento de una determinada comunidad. En resumen, el cáncer afecta a nivel de salud comunitaria en:

• Años de vida perdidos por muertes prematuras.
• Carga económica por la productividad ausente.
• Costes de diagnóstico y tratamiento.
• Calidad de vida de los enfermos y por tanto de la comunidad.
• Mayor desigualdad y vulnerabilidad social.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que entre un 30% y un 50% de los casos de cáncer son evitables, ya que son debidos fundamentalmente a cinco factores de riesgo comportamentales y alimentarios-IMC, sedentarismo, mala alimentación, consumo de tabaco y alcohol-. Para ello, es necesario reducir estos factores de riesgo y aplicar estrategias preventivas de base científica.

Y en este campo la salud pública tiene varias metas frente al cáncer, fundamentalmente a través de la investigación y el conocimiento epidemiológico, siendo capaces con ello de influir en el comportamiento individual y colectivo, mediante la implementación de medidas en el ámbito de la prevención basadas en los datos recogidos.

Pero el comportamiento de una comunidad, viene muy marcado por el nivel social de la misma. Si bien el cáncer no distingue de clases sociales en cuanto a prevalencia la evidencia científica muestra que existen unos condicionantes sociales que son determinantes para la enfermedad y con ello, en el abordaje de las estrategias de salud pública.

Nos encontramos ante un problema complejo, de carácter multinivel. A los métodos epidemiológicos, tenemos que añadir otras herramientas derivadas de disciplinas como la economía, la sociología, la antropología o la ciencia política entre otros. Es decir, cualquier actuación en el terreno sanitario, debe venir también apoyada con actuaciones en el terreno social.

Basta indicar que, en el año 2019, casi el 70% de todas las muertes por cáncer registradas en el mundo se produjeron en África, Asia, América Central y Sudamérica, continentes cuya mayoría de países, se encuentran categorizados como países en desarrollo.

Cuando hablamos de condicionales sociales y salud, lo hacemos de los siguientes factores:

-Factores medioambientales y del entorno en el que vive una comunidad, incluida la vivienda.
-Educación y Formación. Nivel formativo.
-Economía y ocupación. Situación económica y tipos de empleo.
-Equidad en salud. Acceso a los servicios sanitarios.
-Problemas sociales. Conflictos armados, violencia, conflictividad social.
-Raza, Etnia.
-Género.
-Discapacidad.

Todos ellos afectan en distintos niveles a todo el proceso del cáncer: prevención, diagnóstico, tratamiento, supervivencia, calidad de vida y mortalidad.

Pero volvamos a la prevención. El comportamiento, la actitud personal y de la comunidad o las aptitudes de las personas que la conforman, determinaran en gran medida el éxito de las distintas medidas que se implementen. En cáncer hablamos de tres tipos de prevención (1):

-Prevención primaria: Aquellas actuaciones realizadas en grupos de personas sanas, con el objetivo disminuir la incidencia del cáncer.
-Prevención secundaria: Cuando se desarrollan actuaciones en la fase preclínica del período patogénico, con el objetivo de disminuir la prevalencia del cáncer al detectar precozmente el proceso patológico, impidiendo así su progresión.
-Prevención terciaria: Las actuaciones dirigidas al tratamiento de lesiones precancerosas o cancerosas iniciales detectadas en la prevención secundaria o bien actuaciones sobre personas enfermas con cronificación o secuelas del proceso dirigida al tratamiento y rehabilitación física y psíquica y reinserción social del individuo.

Actuaciones sanitarias y condicionantes sociales

Si hablamos de prevención primaria, los factores sociales condicionan en gran medida la adopción de unos hábitos de vida saludables.

Los cinco factores que veíamos al comienzo- IMC, sedentarismo, mala alimentación, consumo de tabaco y alcohol- cuentan con peores datos en las áreas comunitarias de peor nivel económico.

También podemos hablar de los entornos de trabajo, en donde podemos estar expuestos a factores que pongan en riesgo nuestra salud. Lo hemos visto por ejemplo con el amianto y metro de Madrid. Según los estudios disponibles, empleos manuales y operativos-mayoritarios en entornos con menos ingresos económicos- tienen mayor riesgo de cáncer que empleos profesionales.

Si hablamos de prevención secundaria, y según datos ofrecidos por la OMS, las infecciones que pueden provocar cáncer, como las causadas por los virus de las hepatitis B y C y el del papiloma humano, son responsables del 20% de las muertes por cáncer en los países de ingresos bajos y medianos y del 7% en los países de ingresos altos.

También de cara a cribados u otro tipo de inmunizaciones, deberemos tener en cuenta a accesibilidad a los sistemas de salud e incluso, en muchos lugares de nuestro planeta, el acceso a vacunas.

En cuanto a prevención terciaria, peores condiciones sociales suponen de nuevo, en líneas generales, peor acceso a los sistemas de salud y a los servicios de rehabilitación. También en ocasiones la obligación de acortar la fase de recuperación ante cualquier dolencia, por la necesidad de por ejemplo volver a trabajar, puede suponer no terminar los procesos de cura con el siguiente perjuicio para la salud.

Para terminar, indicar que el cáncer supone también por sí mismo un factor de desigualdad y riesgo de vulnerabilidad.

Precisamente porque agudiza muchos de esos factores sociales de los que hemos hablado en este artículo. Algunos de ellos serían una menor producción debido a situaciones de incapacidad laboral permanente o temporal, mayores gastos-tanto individuales como para la comunidad o peor calidad de vida, lo que empobrece a las comunidades colocando a muchas personas en situaciones complejas que suponen la privación de necesidades y en casos extremos de pobreza incluso la exclusión social. Todo ello además con una dependencia que incide en cuestiones de género, ya que en la mayoría de las ocasiones-con mayor grado en países en desarrollo- la carga física y psicológica del cuidado recae sobre la mujer.

Como conclusión, el abordaje del cáncer desde salud pública, supone un cruce multifactorial que supone actuaciones tanto en el terreno sanitario como en el social. Aquello de “salud en todas las políticas” de la declaración de Helsinki en 2013, se pone en valor en actuaciones que deben cruzar cuestiones epidemiológicas y estadísticas con otros factores como el trabajo, en entorno, la vivienda, el género la economía, el nivel educativo, la dependencia y los problemas sociales entre otros de una determinada comunidad que nos permita elaborar actuaciones cuyo resultado suponga un alto impacto en la disminución de la incidencia del cáncer.

• Ver infografía

Angel Acisclo Huélamo Villanueva
Director General de Farmacéuticos SIn Fronteras

Farmacéutico, Especialista en Salud Pública. Postgrado en Gestión y Dirección de ENL (Entidades No lucrativas) y en Liderazgo e Innovación en el tercer sector. Máster en Promoción y Gestión de ENL. Especialista en Salud Pública en Cooperación al desarrollo por la ENS.

Es el creador entre otros de proyectos como «Banco de Medicamentos FSFE», «Proyecto Boticarios» «Asistencia farmacéutica en Cuarto Mundo» «CDAF 2.0 Centro Virtual del Conocimiento» y «Más Saludable» que son actualmente referencia en el ámbito de la acción social en farmacia.

Es Co-director de la Cátedra Cooperación Farmacéutica al Desarrollo y Acción social, de FSFE y la UCM de Madrid y miembro del grupo de trabajo Transparencia y Buen Gobierno de la CONGDE-Coordinadora de ONGD para el desarrollo-, que ha creado el sello de referencia en el ámbito de la rendición de cuentas en el tercer sector, así como representante de Farmacéuticos Sin Fronteras en el ICONG-Instituto de la calidad de las ONG, del que es miembro activo.

Vocal nacional de la Junta Directiva del Instituto de la Calidad de las ONG (ICONG) y vocal de la Junta Directiva de la Asociación Madrileña de Salud Pública (AMASAP). Miembro del Comité del Tercer Sector de la World Compliance Association.

Pertenece al grupo de trabajo «G-100 Nueva Ruralidad» coordinado por la ONG Cives Mundi que trabaja en la puesta en marcha de proyectos para la repoblación de la España rural.

Ha recibido diferentes reconocimientos destacando en 2019 recibe el Premio Gómez Ulla a la Excelencia en Sanidad, por el Instituto de Excelencia Profesional o el de Colegiado distinguido del COF Madrid en 2016.

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