EL CUIDADOR DEL CUIDADOR ONCOLÓGICO:
LA OFICINA DE FARMACIA
.Ishoo Budhrani.
…Cualquier pasado fue mejor, como se solía escuchar!.
Hemos estado, desde el primer día, en la oficina de farmacia (auxiliares, farmacéuticos, personal de limpieza, técnicos…). Ayudando, colaborando, y dispensando, al paciente y a su cuidador, en esta pandemia del coronavirus, sin pedir nada a cambio. Y eso, en este momento, puede que ya no lo dude casi nadie.
Muchas personas con distintas patologías han sufrido y sufren las circunstancias actuales. Todos, pueden tener una patología de base, o sin saberlo, estar sufriendo un cáncer de mama. Todo ha cambiado, las pruebas primordiales son un pcr y unas preguntas a raudales. Nos corren muchas dudas en nuestra mente, y los días van pasando sin saber que ocurrirá, y mas aún, con todo lo que sabemos y tenemos a estas alturas. Somos consientes de que las prioridades están cambiando, y que el mundo de la salud, ha dado un giro inesperado, y todos, absolutamente todos, estamos sufriendo las consecuencias.
Pero, ¿donde ha quedado relegado el o la paciente oncológica con Cáncer de Mama?, ¿es todo Covid19 o es que ya no son la prioridad?. Y nosotros ¿no deberíamos estar ahora al pie del cañón como hace casi un año y medio, pero para ellas y ellos también?.
Seiscientos días, semana ochenta desde el confinamiento, vigésimo mes, o más de año y medio. Digamos como lo digamos, es la elección de cada uno, de como la misma manera el querer ayudar al paciente oncológico y a su familiar, o formarnos en una patología como el cáncer o simplemente elegir si queremos dar ayuda al ser pedida por el cuidador del paciente oncológico en la farmacia. Porqué sí, el hombre también puede ser paciente de Cáncer de Mama igual que la mujer, y puede que su familiar esté entrando por la puerta y saliendo callado desde la misma manera que entró.
Esto es lo que hemos tenido que pasar desde el primer día que escuchamos la palabra confinamiento. Pero realmente, quien ha vivido estos momentos, mientras estas leyendo estas líneas, el agobio del no saber donde ir, la ansiedad del día a día pensando en la suspensión de sus pruebas, y la incomprensión de las personas cercanas por no entender que para ellos su patología es lo mas importante, sabe a lo que me refiero. Tanto por su sufrimiento interno como por su desesperación por el miedo. Un ser con una patología oncológica, dígase cáncer de mama, nunca eligió ser paciente, pero nosotros si pudimos elegir nuestra profesión por devoción a ayudar. Y ahora mismo, mejor que quien lo esta sufriendo, no hay nadie para entenderlo, y nosotros los farmacéuticos somos un eslabón principal de la cadena sanitaria donde ellos deben de acudir ahora más que nunca, para encontrar la ayuda.
Que peor manera de vivirlo que, cuando ves con tus propios ojos, y sientes en tus propias carnes, salir lo mejor que cada ser, y por desgracia, lo peor de cada uno, en momentos difíciles como los actuales. ¿Vives observando?, pues es el momento de darle al paciente con cáncer, una verdadera Escucha REAL, un verdadero momento de ATENCIÓN, y sobre todo, tener las ganas de PREGUNTARLE. Ellos son los primeros que nos ayudarán a aprender más, pero, sobre todo, ahora es el momento también de ayudar, a aquella persona que vemos entrar perdida y cabizbaja, con la mirada perdida y asustada, si, es el cuidador del paciente oncológico, y ¿quien ayuda al cuidador del paciente oncológico?… y si nosotros hiciéramos nuestra labor como su CUIDADOR!
Todo esto, marcará una huella y dejará un capitulo en cada ser humano, en una persona que se ve relegada, y observa como van pasando los meses y no recibe información o una ayuda activa. En otros momentos todo era más rápido, y ahora todo va mas despacio y mas lento. Nuestro conocimiento sobre Nutrición, Farmacología y hasta de Dermocosmetica puede llegar a ser ese punto de inflexión hacia la confianza del paciente a su farmacéutico, para no llegar a escuchar “…es que ustedes no entienden de eso…”
Y ¿ psicológicamente?, se sufre. Y ellos a veces, piensan en silencio, en cada instante del día. Y lo que simplemente está buscando es una solución, o queriendo encontrar el motivo, un motivo que probablemente no nos lo quieran decir, pero para eso esta su oficina de farmacia. Ya sea rural, céntrica o familiar, pero es su farmacia de confianza en este caso, y lo debería de ser con una verdadera y autentica atención farmacéutica en oncología.
Muchas son las horas que pasamos en un mostrador, dispensando, conversando y intercambiado opiniones. A veces se pasan las horas o el día se hace mas lento. No queremos que estén esperando y les atendemos, vemos que detrás viene otra persona y otra. Alguien con una cara más alegre que otra, o mas callada o con una sonrisa como nunca otra igual. ¿Y si nos paráramos al menos, un segundo, en ver su tratamiento y darnos cuenta que puede que este en tratamiento oncológico?. Y si, ¿habláramos un poquito más con ella y con él, acerca de que tipo de cáncer esta padeciendo?
Un gesto serio por la preocupación, un cara no usual por la situación, o hasta una mirada triste por saber la verdad, genera confusión. La persona de en frente, no entiende que vivas en una realidad distinta a la de él (nosotros preocupados por el covid, y nuestro día a día, y ellos por su cáncer) y ahí empiezan a brotar malas situaciones. Situaciones que hacen que todo lo generado anteriormente, se queden en el olvido, y parezcamos que no queremos ayudar.
La mejor mascarilla siempre ha sido quedarnos en casa, pero el mejor gesto, siempre será entender a la otra persona en esta situación, no hacerle llegar al punto de que le broten las lágrimas por no sentirse ayudado y mas aún, en estas circunstancias que muchos no comprenden o no quieren vivir o ver.
. “Siempre hemos querido tener una maquina del tiempo, o simplemente poder parar el tiempo. Tanto como niños, o como adultos. Para poder volver a ese momento de eterna felicidad o incluso para poder seguir escuchando el silencio y respirar la paz. Y ahora, aún mas. Sobre todo, por un motivo. Por respirar y sentir la felicidad después de toda esta incomprensión y mas aún por el sufrimiento que vivimos en estos momentos. Pero ¿sabes una cosa?, tranquila, llegará el día, créeme, volveremos a sonreír y todo se habrá borrado de nuestra mente algún día, y ese día llegará para abrazarte sin hacernos test de antígenos o pcrs, porque pondremos la otra mejilla con nuestro don de olvidar. Porque si, vino la enfermera, le hizo la analítica, y llamó la oncóloga. Pero no pude abrazarla para darle la buena noticia. Porque no puede. Ahora es por esto, y antes fueron meses por aquello, lo necesito. Abre la puerta de nuevo, sonríeme y deja que te abrace, que me sienta a tu lado en la mesa y podamos volver a reírnos, y yo contarte mi día…”
Pero, como una vez dijo alguien, o incluso cantó “La Vida Sigue Igual”:
Pero, ¿cuando todo esto pase, que será de todos ellos?, habrá pasado el llamado coronavirus, y que habrá siso de todos esos pacientes con Cáncer. ¿No sería mejor que se pueda decir en un futuro, la FARMACIA estuvo allí y ayudaron junto a TODOS?. Todos sumamos, médicos, enfermeras, especialistas, técnicos, auxiliares, farmacéuticos. No es de ahora la devoción por la profesión, en donde cabe el lugar de guiar. No es nuevo las ganas del científico por buscar nuevas visiones, ni tampoco es nuevo el trabajo de administrativos, personal de emergencia y urgencia, conductores. Si!, todas y todos ellos siempre han estado en su lugar, en ese lugar, desde hace años, y todos absolutamente todos somos sanitarios. Ahora surge el quien es quien, pero todos tienen un motivo de ser como son, el sanitario siempre ha estado ahí desde el primer día y desde la primera patología.
Trabajar de manera multidisciplinar y multidisciplinar siempre ha sido el inmenso sueño de muchos sanitarios, y ahora más que nunca, el camino nos lleva a estar juntos para poder poner luz a tanto desorden generado. Tantas y tantos profesionales que están en hospitales, centros de salud, oficinas de farmacias, ambulancias, que en silencio están haciendo un trabajo excepcional, que no se muestran, cuyos nombres no se conocen y permanecerán siempre en anonimato. Pero ellos, como nosotros, también lloran por lo vivido, y por lo que saben que esta por venir. Y ellos mas que nadie se merecen el mayor de los respetos. Y por ellos, y por nuestro mundo, o por nuestra propia vida, ya todo esto, esta, en nuestramos manos. De nosotros, solo de nosotros, depende donde queremos llegar. Que queremos hacer y como queremos llevar una vida que ha cambiado, y que solo en nuestra forma de entender y de nuestra responsabilidad, esta esa futura vida.
Por varios motivos, nos hemos preparado y formado en un virus que no conocíamos anteriormente. Nos hemos estudiado y leído muchísimos protocolos, manuales y maneras de dispensación, pero algún día todo volverá a su normalidad, y ¿no podemos también formarnos de la misma manera en el Cáncer?
Sí, es cierto, que este mes es el Día Mundial del Cáncer de Mama, y un día mundial ayuda a hacer más visibles muchas cosas y es el momento idóneo para poder alzar una voz, pero para ella o el, todos los días son importantes.
Se podría decir más alto, más claro. De una manera u otra, en otro momento, o cada día. Al menos es de esperar, que estas palabras no queden en balde, y que un día todo se haga realidad, y volvamos a respirar, y que ella y el, nos tengan a su lado como su persona de confianza. Y que nosotros podamos trabajar de forma multidisciplinar, con un contacto directo, para salvar esa vida oncológica que se merece ser feliz.
Y lo peor es que no nos damos cuenta, que nos puede tocar a nosotros mismos. De golpe y porrazo podemos sentir un dolor, notar unos bultos o ver sangre, o sencillamente, darnos cuenta, qué todo no volverá a ser semejante a lo vivido anteriormente. Y sí, nos puede pasar a todos nosotros. Seas una chica, o un chico, el cáncer no entiende ni de sexo, ni de edad, ni de raza. Sencillamente nos toca, y ahí debemos de saber de que estamos hablando y como lo comunicamos.
Nos golpeó un virus que llegó un día, pero anteriormente había una paciente y un paciente con cáncer, o con un posible cáncer de mama. Y al lado suyo, un cuidador directo o indirecto, pero que también sufre tanto o más como dicho paciente…y que mejor que decir, que su cuidador fue EL FARMACEUTICO.