Radioterapia en cáncer de mama: Todo lo que tenés que saber
Por Prof. Lic. Laura Mastrobuoni
Contar con la información adecuada es fundamental al momento de iniciar cualquier
tratamiento médico. La incertidumbre genera ansiedad, miedo y muchas veces
confusión. Pero cuando entendemos lo que va a pasar, nos sentimos más seguros,
acompañados y preparados.
Transitar una enfermedad como el cáncer de mama no es fácil. Es un camino
emocional y físico que cada persona recorre a su manera. Sin embargo, cuando estás
bien informada, el proceso suele vivirse con más calma. Además, tu colaboración es
clave para que los tratamientos sean más efectivos.
Una de las dudas más comunes es la diferencia entre quimioterapia y radioterapia.
Muchas personas las confunden, piensan que son lo mismo o que siempre van juntas, y
no siempre es así. Por eso, en este artículo quiero explicarte qué es la radioterapia,
cómo se aplica en el cáncer de mama y qué podés esperar en cada etapa del
tratamiento.
¿Qué es la radioterapia?
La radioterapia es un tratamiento oncológico que utiliza radiación de alta energía para
destruir células tumorales o impedir que sigan creciendo.
Es importante saber que se trata de un tratamiento local, lo que significa que actúa
solo en la zona del cuerpo donde se aplica, a diferencia de la quimioterapia, que circula
por todo el organismo.
En el caso del cáncer de mama, la radioterapia puede indicarse después de una cirugía
para eliminar posibles células cancerosas residuales, reducir el riesgo de recurrencia y
proteger otros órganos cercanos.
¿Cómo es el proceso? Las etapas de la radioterapia
La radioterapia no es solo «ir a que te apliquen rayos». Es un proceso médico bien
organizado, con distintas etapas y con la intervención de varios profesionales
especializados, como médicos radio-oncólogos, físicos médicos, técnicos en
radioterapia, enfermeros y psicólogos, entre otros.
Etapa 1: Consulta médica
El primer paso es una entrevista con el médico radio-oncólogo. En esta consulta se:
Revisa tu historia clínica y estudios previos.
Evalúa si la radioterapia es necesaria y qué tipo se utilizará.
Explica el procedimiento, los objetivos del tratamiento y sus posibles efectos adversos.
Brinda recomendaciones sobre cuidados personales y signos de alerta durante el
tratamiento.
Este es un momento muy importante, porque podés hacer todas tus preguntas y
despejar tus dudas. ¡Ninguna pregunta es tonta!
Etapa 2: Simulación
La simulación es como un «ensayo general» del tratamiento. Se realiza en una sala con
un tomógrafo similar al equipo de radioterapia que se usara después.
Se elige la posición más adecuada para tu tratamiento, que puede ser boca arriba o
boca abajo.
Se colocan inmovilizadores personalizados, como soportes para brazos o colchonetas
especiales, para que puedas estar cómoda y sin moverte durante cada sesión.
Se toman imágenes tomográficas, que permitirán planificar con precisión dónde debe
aplicarse la radiación.
Se hacen pequeñas marcas en la piel, llamadas “tatuajes”, que son puntos diminutos
(como lunares) que permiten ubicar exactamente el mismo lugar en cada sesión.
Este paso asegura que la radiación se aplique en el sitio correcto, protegiendo los
órganos cercanos como los pulmones y el corazón.
Etapa 3: Planificación del tratamiento
Con las imágenes obtenidas en la simulación, los médicos y los físicos médicos diseñan
un plan de tratamiento personalizado.
Este plan busca que la mayor dosis de radiación llegue al tejido tumoral, afectando lo
menos posible al tejido sano. Cada detalle se calcula con precisión: la dirección de los
rayos, la cantidad de sesiones y la dosis exacta que vas a recibir.
Etapa 4: Set-up (preparación del tratamiento)
En el primer día del tratamiento, te citan al acelerador lineal, que es el equipo donde se
aplicará la radiación.
Se verifica que todo coincida exactamente con lo planificado.
Se toman imágenes para confirmar la posición.
Se indica la cantidad total de sesiones, que suele variar entre 15 y 30, dependiendo de
cada caso.
Una vez que todo está correctamente alineado, ¡se comienza con las aplicaciones!
Etapa 5: Tratamiento y seguimiento
Durante el tratamiento, tendrás aplicaciones diarias (de lunes a viernes, generalmente)
y controles médicos semanales.
En estos controles, el médico:
Evalúa tu estado general y la zona tratada.
Escucha tus dudas, síntomas o molestias.
Ajusta recomendaciones según lo que necesites.
El tratamiento es ambulatorio, por lo tanto, podés volver a tu casa después de cada
sesión. La duración de cada aplicación es corta (unos pocos minutos), pero el tiempo
total en la institución puede ser mayor debido a la preparación.
¡Y lo más importante, luego de cada sesión NO EMITES RADIACIÓN!
Etapa 6: Alta médica
El último día es un momento especial. No solo finaliza el tratamiento, sino que
también:
Recibís tu informe de alta para entregárselo a tu oncólogo o médico de cabecera.
Se detallan las dosis recibidas y observaciones importantes para el seguimiento.
Es un cierre, pero no el final del camino. El equipo médico seguirá acompañándote con
controles periódicos.
Posibles efectos adversos y cuidados
Aunque cada cuerpo reacciona distinto, los efectos adversos más comunes de la
radioterapia en cáncer de mama incluyen:
Enrojecimiento o irritación de la piel en la zona tratada (como una quemadura solar
leve).
Fatiga o cansancio.
Inflamación local.
Sensación de calor o molestias en la mama tratada.
Consejos para cuidarte durante el tratamiento:
Usá ropa suelta de algodón.
Evitá aplicar cremas o productos sin indicación médica en la zona irradiada.
No expongas la piel tratada al sol.
Descansá lo suficiente y alimentate bien.
Comunica cualquier síntoma o cambio a tu médico.
Un tratamiento humano, con tecnología y calidez
Sabemos que enfrentar un tratamiento oncológico genera muchas emociones: miedo,
incertidumbre, esperanza, cansancio. Por eso, más allá de la tecnología y la precisión,
nuestro compromiso como equipo de radioterapia es acompañarte, escucharte y
contenerte.
Desde el primer día vas a encontrar profesionales preparados, pero sobre todo
humanos, que están ahí para ayudarte y guiarte paso a paso.
La radioterapia puede parecer un proceso largo y técnico, pero no estás sola. Estamos
para vos, con una sonrisa, con respeto y con toda la información que necesites.
Preguntá, informate, participá
Tu rol en este proceso es muy importante. Cuanto más informada estés, mejores
decisiones vas a poder tomar junto al equipo médico.
No te guardes las dudas. Preguntá todo lo que necesites. Hay un equipo completo
dispuesto a escucharte y a explicarte con claridad.
La información es poder. El acompañamiento, un alivio. Y la empatía, una medicina
más.