AFRONTAMIENTO
Conocemos el afrontamiento como las estrategias o recursos psicológicos que ponemos en juego para hacer frente a una situación adversa, en este caso el diagnóstico de un cáncer.
Hay distintas estrategias y no a todos los pacientes les van a venir bien las mismas, hay a quien le vendrá perfecto hablar con otros afectados y los hay que en un primer momento evitaran el contacto y hablar de todo lo que tenga que ver con la enfermedad.
Tendremos que elegir las que se adecúen mejor y evitar las que añadan más angustia y problemas.
La aparición de una enfermedad en la familia implica unos cambios y éstos a su vez, supone la generación de nuevas necesidades en la familia, necesidades que, naturalmente van a ser cambiantes a lo largo de su ciclo vital.2
La psicooncología tiene como condición los siguientes objetivos:
• Llevar a cabo una atención integral que tenga en cuenta aspectos: físicos, emocionales, sociales y espirituales, que forzosamente llevarán a una atención tanto a nivel individual como familiar y social.
• El enfermo y la familia son la unidad a tratar: El soporte emocional y la comunicación con el enfermo, la familia y el equipo terapéutico deberá ser a través de una relación franca y honesta.
• Promover la autonomía y de la dignidad del enfermo con el sentido de conservar y restaurar todas las capacidades, tanto prácticas como afectivas y relacionales de los enfermos.
• Concepción terapéutica activa: incorporando una actitud rehabilitadora con miras a la recuperación total del enfermo.
• Importancia del ambiente, atmósfera de respeto, confort, soporte y comunicación influyen de manera decisiva en el control de síntomas.3
Los primeros estudios de adaptación psicológica al cáncer abordaron aspectos de comunicación y manejo del sentimiento de culpa (Abrams, 1953; Hospital General de Boston, Massachusetts, 1950). Casi simultáneamente, Arthur Sutherland en 1952 estableció la primera unidad de psiquiatría oncológica en el Centro de Cáncer Memorial Sloan-Kettering (MSKCC) de Nueva York, mismo que ha evolucionado al moderno Departamento de Psiquiatría y Ciencias Conductuales.4
A modo de resumen, expondré las estrategias de afrontamiento del cáncer más frecuente y su relación con el curso de la enfermedad. Estrategias de afrontamiento más frecuente en pacientes oncológicos:
1.- El Espíritu de lucha. La persona afronta la enfermedad como un desafío, como un reto al que hacer frente. Suelen sentir que tienen capacidad de control. Estos pacientes tienen un buen pronóstico.
2.- Negación. A pesar de lo que pudiera creerse, la negación, que consiste en enfrentar la enfermedad como una mínima amenaza, suele tener un buen pronóstico entre estos pacientes.
3.- Fatalismo. La enfermedad es vivida como una gran amenaza ante la cual no pueden hacer nada porque eso depende de otros. Su pronóstico es incierto.
4.- Indefensión. La enfermedad supone una pérdida sobre la que no se ejerce ningún control. Se sienten indefensos, como acorralados y sin posibles salidas. El pronóstico es malo
5.- Preocupación ansiosa. Sienten la enfermedad como una fuerte amenaza y la viven con un alto grado de ansiedad y preocupación ante cualquier cambio mínimo que aparezca, experimentando una gran incertidumbre. Su pronóstico es malo.
Como vemos, la evolución de una enfermedad tan importante como el cáncer, depende no sólo de lo que otros (oncólogos, dietistas, medicina complementaria, etc.) puedan hacer por nosotros, sino también, y esto es muy importante, de lo que “nosotros podemos hacer por nosotros mismos”. En muchos casos, un buen o un mal afrontamiento marca la diferencia.
En definitiva, hay muchos recursos y cada uno/a utilizaremos los que nos vengan mejor, unas veces pueden ser unos y otras veces otros; también mantener una actitud positiva ante la vida y la enfermedad nos será de mucha utilidad.
Bibliografía.
1. Bayés, R.; Gracia Guillén, D.; Rodríguez, J.; Antequera, J.; Barbero, J. (2006). Ética en cuidados paliativos’. Madrid, España: Madrid: Fundación de Ciencias de la Salud.
2. García, B. (2011). Tesis Doctoral: Estudio cualitativo del perfil del cuidador primario, sus estilos de afrontamiento y el vínculo afectivo con el enfermo oncológico infantil. Barcelona, España: Universidad RamonLlull.
3. Mondragón, J.; Trigueros, I. (1999). Manual de prácticas de trabajo social en el campo de la salud. Madrid, España: Siglo XXI.
4. Greer, B. (1994). Psycho-oncology, itsaims, achievements and futuretasks (en inglés). Psychooncology.
Autora: Susana Palacios