Ya hace un año que todos tenemos en la boca la palabra “covid”, el mundo se ha parado por un bicho que nadie ve, algo peligroso que mata en silencio, que no sabes que está presente hasta que da síntomas, que muchos de ellos cuando aparecen pueden tratarse y curarse, a unos le cuesta más que a otros, pero se curan; y otros muchos fallecen por el camino intentado esquivar este maldito bicho…
Pues lo mismo pasa con el cáncer.
¿Y si juntamos covid+cáncer? ¿Qué pasa ahora?
Todo el tiempo se congela, las consultas son mínimas y todo es telefónico, todo deja de ser urgente porque miramos hacia “covid” … pero todos los pacientes seguimos estando aquí.
Nos cuentan en todos los medios que hemos aprendido a apreciar las pequeñas cosas que tenemos: los amigos, la familia, la generosidad, el tiempo libre, la libertad…
eso que nosotros ya sabemos hace mucho en cuanto escuchamos la palabra “cáncer” en una silla de una consulta, o ahora muchos a través de su teléfono.
Aprendemos a vivir el momento, a disfrutar de cada instante, de cada compañía, de cada día sin síntomas ni agotamientos, de cada paseo sintiendo el aire en la cara…
Nos hablan de algo que ya sabíamos, pero que nadie se ha parado a pensar por la velocidad de nuestros relojes.
Pero a nosotros, los pacientes, nos preocupa más el avance de esta enfermedad que todo lo que pueda pasarnos con el nuevo virus. Será porque es algo nuevo, porque todavía no se sabe nada con exactitud, porque cada día hay nuevas noticias, o simplemente porque ahora no va a venir ningún otro agente externo a fastidiar nuestra meta, tenemos bastante con lidiar con una enfermedad como para encima estar pendiente de otra!
¿Y si además nos contagiamos?
Nuestro mundo se para por 2:
Se para la oncología y también se para nuestra rutina, porque todo frena durante 10-15 días, como pronto, para volver a retomar la complicada vida oncológica, y mantener a raya tanto los síntomas «covidianos» como oncológicos. Eso sin contar con nuestro sistema inmunodeprimido que lo hace todavía más complicado.
Y ahí empiezan el cúmulo de pensamientos rebotando por nuestra cabeza, y aunque no puedo asegurarlo cientificamente porque no he hecho ningún estudio ni estadística, para la mayoría de los pacientes oncológicos con los que hemos tratado (con y sin covid), su mayor preocupación es parar sus tratamientos; porque si se suspenden o se atrasan, puede que todo tome un rumbo diferente.
Ahora nos toca vivir tiempos complicados. Adaptarnos a las nuevas situaciones, sociales y médicas, pero no debemos olvidar que hay muchas más enfermedades importantes a nuestro alrededor y no las debemos dejar de lado aunque las cosas se pongan feas. Porque los pacientes, no lo hacemos.
A veces paramos, miramos alrededor, buscamos alternativas, cogemos aire y seguimos adelante.
Y con un granito de arena que aporte cada uno, aunque estemos rodeados de mascarillas y manteniendo la distancia reglamentaria, andaremos #JuntosXelCáncer.
ALMUDENA CALLEJA