CAMBIOS Y ALTERACIONES EN LA PIEL, Y EN LAS UÑAS DURANTE EL TRATAMIENTO DEL CÁNCER DE MAMA

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Según los últimos datos recogidos por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en
2024 se diagnosticarán 36.395 nuevos casos de cáncer de mama, siendo este tipo de tumor
más frecuente entre las mujeres en nuestro país por delante del cáncer colorrectal, de pulmón,
cuerpo uterino, tiroides y páncreas.

Generalidades del cáncer de mama:

La probabilidad estimada de desarrollar cáncer de mama siendo mujer es de 1 de cada 8. Este
tipo de tumor suele aparecer entre los 35 y los 80 años, aunque la franja de los 45-65 es la de
mayor incidencia, al ser el momento en el que se producen los cambios hormonales en los
períodos de peri y post menopausia, una curva de incidencia que continúa aumentando a
medida que la mujer envejece. En cuanto a los hombres suponen un 0,5-1% de los diagnósticos
del cáncer de mama.

El cáncer de mama es una enfermedad en la que se forman células malignas (cancerosas) en
los tejidos de la mama.

La mama (seno) está compuesta por lóbulos y conductos. Cada mama tiene de 15 a 20
secciones llamadas lóbulos. Cada lóbulo contiene muchas secciones pequeñas llamadas
lobulillos. Los lobulillos terminan en docenas de bulbos minúsculos que producen leche. Los
lóbulos, los lobulillos y los bulbos están conectados por tubos estrechos llamados conductos.
Cada mama también tiene vasos sanguíneos y vasos linfáticos.

El tipo más común de cáncer de mama (cáncer mamario o cáncer de seno) es el carcinoma
ductal, que empieza en las células de los conductos. El cáncer que empieza en los lóbulos o los
lobulillos se llama carcinoma lobulillar y se suele encontrar en ambas mamas con más
frecuencia que otros tipos de cáncer de mama. El cáncer de mama inflamatorio es un tipo de
cáncer poco común en el que la mama está caliente, enrojecida e hinchada.

El tratamiento del cáncer de mama depende del subtipo de cáncer y del grado de propagación
desde el seno hacia los ganglios linfáticos u otras partes del cuerpo. Los tratamientos contra el
cáncer de mama son más eficaces y se toleran mejor si se inician lo antes posible y, por esto es
tan importante la prevención y el diagnóstico precoz.

Factores de riesgo:

Además, del riesgo de padecer cáncer de mama por ser mujer, hay algunos factores de riesgo
que pueden intervenir en su aparición: antecedentes personales y familiares, presentar
cambios heredados en los genes BRCA1 o BRCA2 o en otros genes que aumentan el riesgo de
cáncer de mama, historial reproductivo (edad de inicio del periodo menstrual y edad del
primer embarazo), exposición a la radiación, consumo nocivo de alcohol y tabaco, la obesidad,
el envejecimiento y el tratamiento hormonal (con estrógenos combinados con progestinas) en
la menopausia.

Tipos de tratamientos:

Hay diferentes tipos de tratamiento para los pacientes con cáncer de mama. La elección se
hará en función del tipo de cáncer, de su gravedad, del estadio en el que se encuentra, del
paciente… Es por esto por lo que el equipo multidisciplinar elegirá el mejor en cada caso.
A modo resumen, los principales tratamientos que se aplican son:

 Cirugía: conservativa o mastectomía.
 Radioterapia: externa o interna.
 Quimioterapia
 Terapia con hormonas o terapia endocrina.
 Terapia dirigida
 Inmunoterapia.

La mayoría de estos tratamientos tienen efectos secundarios que afectan a otros tejidos u
órganos sanos: fatiga, alopecia, edema, náuseas y vómitos, problemas en los nervios, falta de
concentración, pérdida de apetito, anemia, insomnio, linfedema, infecciones… y también
cambios en la piel y en las uñas. En esto último es en lo que nos vamos a centrar en este
artículo: en los cambios que se producen en la piel y en las uñas por el tratamiento del cáncer
de mama.

Cambios en la piel y en las uñas por el tratamiento:

La piel es uno de los órganos más afectados a raíz del tratamiento del cáncer de mama.
Unos de los efectos más impactantes y conocidos es la caída del pelo, la alopecia como
consecuencia de un efecto secundario a la quimioterapia que actúa en todo el organismo
afectando principalmente a las células de crecimiento rápido cómo las células tumorales, pero
también ataca otras células de nuestro cuerpo como son los folículos pilosos. La gravedad de
esta alopecia depende mucho del tipo de medicamento administrado durante la quimioterapia
y no solo afecta al cuero cabelludo, sino que también puede notarse en otras zonas del cuerpo
como las cejas y las pestañas. El impacto físico y psicológico en la paciente es muy alto por lo
que es muy importante el acompañamiento de la paciente y la búsqueda de soluciones lo más
adecuadas para cada caso.

Si ya nos centramos en las alteraciones que se producen en la piel, hay que considerar que,
aunque la piel es uno de los órganos más afectados, los distintos efectos adversos varían en
tipo y en gravedad dependiendo del paciente y del tratamiento administrado y, además hay
alteraciones que se producen durante el tratamiento y otras que se pueden prolongar los
meses posteriores.

Las reacciones son variadas y entre ellas, podemos destacar: sequedad de la piel, eritema,
descamaciones, prurito, ulceraciones, hiperpigmentaciones, radiodermitis, fibrosis,
fotosensibilidad, etc.

Vamos a ver un poco más en detalle las más frecuentes:

Piel más sensible y con xerosis:
Son los principales problemas que se presentan primero en la piel durante el tratamiento. La
piel está más seca, mate, presenta descamación y tiende a aparecer eritema y sensación de
tirantez.

La piel tiende a irritarse, a estar sensibilizada y a reaccionar con más facilidad ante distintos
agentes externos como productos cosméticos o el sol. Por esto es siempre importante utilizar
productos adecuados: geles tipo syndet suaves y con pH fisiológico (pH 5,5), cremas
hidratantes sencillas que no contengan agentes irritantes y protección solar adecuada siempre.

A su vez, hay que evitar agentes irritantes como productos con alto contenido en perfumes,
alcoholes, hay que tener precaución con los exfoliantes y hay que evitar frotar o arrastrar la
piel.

Hiperpigmentación:
El mecanismo de la activación de la hiperpigmentación tiene un origen que no es del todo
conocido: se cree que puede ser por un efecto que se produce sobre los melanocitos que hace
que aumenten la síntesis de melanina, otras teorías postulan otros mecanismos más complejos
como depósitos del fármaco en la piel, una toxicidad directa por el sudor…

La hiperpigmentación se puede dar también de distinta manera: por un lado, se puede dar una
hiperpigmentación en distintas zonas de la piel, de forma más difusa y que puede afectar a
distintas zonas de la piel, las mucosas, las uñas y el cabello. Y, por otro lado, podemos hablar
de la hiperpigmentación y la fibrosis que se puede producir en la zona de la cicatriz en los
casos en los que haya sido necesario someter a la paciente a una cirugía.

Radiodermitis:
Es uno de los efectos secundarios más frecuentes asociados a la radioterapia.

Produce una sensación de disconfort en la piel de la paciente, especialmente localizado en la
zona del surco submamario y en los pliegues de la axila.
Los síntomas asociados son:

 Eritema leve-moderado, con piel enrojecida
 Prurito
 Descamación de la piel: generalmente descamación seca, aunque en algunos casos se
puede dar una descamación húmeda asociada a una infección (en los casos más raros).
 A la larga, puede aparecer oscurecimiento de la zona (hiperpigmentación) y
endurecimiento de la mama.
 En algunos pacientes pueden aparecer telangiectasias que se pueden deber al daño
microvascular inflamatorio: vasos capilares que se agrandan y se hacen más visibles.
 Atrofia de la piel: por el tratamiento, la piel se vuelve más fina lo que puede favorecer
la aparición de ampollas y hematomas.
 Ulceraciones: especialmente si no se trata la piel, pueden aparecer ulceraciones
crónicas que darían lugar a necrosis de la piel.
 Fibrosis que afecta a tejidos subcutáneos haciendo que la piel se endurezca y pierda
elasticidad.

Alteraciones en las uñas:

Las uñas son otra de las zonas que en muchas ocasiones se ven afectadas por los tratamientos:
la uñas se vuelve más frágil y quebradiza y como hemos comentado antes, también puede
sufrir cambios de pigmentación.

Las cutículas pueden estar hinchadas y ser doloroso.
Hay mayor tendencia a sufrir infecciones en las uñas: paroniquia aguda (Infección del tejido
blando que rodea una uña de la mano o el pie) que cursa con dolor, sensibilidad, calor,
enrojecimiento e hinchazón alrededor de la uña.

Resumiendo…
Como podéis ver, los efectos secundarios de los tratamientos del cáncer de mama en la piel y
en las uñas son variados y dependen del tratamiento y de la paciente.
Uno de los factores que más determinan el curso de estos efectos secundarios es la prevención
con un buen cuidado de la piel:

 Higiene con un limpiador suave, tipo syndet y con pH fisiológico. No utilizar esponjas y
secar de forma suave, a pequeños toques sin frotar la piel.
 Hidratación con cremas sencillas en ingredientes, pero efectivas y sin agentes
irritantes. Ricas en avena, urea, ácido hialurónico, ceramidas, rosa de mosqueta….
 Protección solar SPF50+ de amplio espectro todos los días. Fotoevitación.
 Utilizar tejidos de algodón e hilo que sean suaves y anchos, para evitar roces con la
piel. Utilizar un sujetador adecuado (dependiendo de si hay cirugía o no) que sea
suave, preferiblemente de algodón y sin aros. Utilizar tejidos transpirables.
 Cuidar la alimentación y beber 2 litros de agua al día.
 Seguir siempre las recomendaciones del profesional sanitario.

Es muy importante el enfoque multidisciplinar del tratamiento del cáncer de mama, creando
un equipo de ayuda y atención a la paciente y a su familia que implique a los distintitos
profesionales sanitarios: médico, oncólogo, ginecólogo, radiólogo, psicólogo, enfermería,
farmacéuticos, etc.

Es fundamental transmitir la importancia de la prevención y de la detección precoz a las
mujeres para que puedan entender los posibles signos y síntomas y realizar las
correspondientes revisiones preventivas para poder así mejorar los resultados de los
tratamientos.

JANA MARTÍN

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