Bárbara Polín
El cáncer de mama ha experimentado un continuo crecimiento en el número de casos en los últimos años, llegando a suponer el 30% de los cánceres diagnosticados en mujeres, lo que implica, según los últimos datos de 2021, que afectará a 1 de cada 8 mujeres (1).
Este aumento en el número de casos se debe a varios factores, como la mejora de las técnicas de diagnóstico, los hábitos de vida o el envejecimiento de la población.
Se estima que el 70% de los casos de cáncer de mama son hormonodependientes y, por tanto, candidatos a ser tratados mediante terapia endocrina (2), llegando incluso a sustituir la quimioterapia para evitar sus efectos secundarios a corto y largo plazo, según los casos (3). Este tratamiento se establecerá en función de si la mujer es pre o post menopáusica, utilizándose tamoxifeno en el primer caso y análogos de la aromatasa en el segundo generalmente, combinados o no con quimioterapia. (Figura 1)
Los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos son conocidos por su gran impacto en la vida de los pacientes. Sin embargo, algunos de ellos son menos conocidos que las afecciones dérmicas o la posible caída del cabello, llegando a ser tan importantes que algunas mujeres abandonan el tratamiento (4).
La gestión de estos efectos secundarios, especialmente en mujeres con tratamiento hormonal sustitutivo, como son el tamoxifeno, los inhibidores de la aromatasa o análogos LH-RH, puede suponer una mejor adhesión al mismo y una mejor calidad de vida para las pacientes, ya que el tiempo de tratamiento varía de los 5 a los 10 años.
Se han estudiado las diferencias de los efectos secundarios de la terapia endocrina en mujeres pre y post menopáusicas, estableciéndose que sus efectos en la calidad de vida de las pacientes eran peores en aquellas mujeres post menopáusicas, mientras que la quimioterapia suponía un empeoramiento de la calidad de vida en mujeres premenopáusicas. Todas ellas reportaron una peor calidad de vida en general a los dos años de tratamiento (3).
Entre los principales efectos secundarios debido al tratamiento con terapia endocrina nos encontramos (5):
– Alteraciones biológicas, como son el aumento de transaminasas, llegando incluso a enfermedades hepáticas más severas, como hígado graso, colestasis o hepatitis, y dislipidemias, principalmente aumento de las transaminasas.
– Alteraciones físicas: incluyen un amplio conjunto de síntomas, muchos de ellos asociados a la provocación de la menopausia durante el tratamiento quirúrgico y/o endocrino, como son (6):
– aumento de peso
– síntomas musculoesqueléticos, que comprenden mialgias y artralgias, calambres musculares o incluso fracturas (7)
– pérdida de densidad de masa ósea
– fatiga
– insomnio
– síntomas vasomotores, como son los sofocos y la sudoración nocturna – sequedad y atrofia vaginal
– trastornos sexuales y disminución de la líbido, dispareunia (dolor al mantener relaciones sexuales) o dificultad para tener orgasmos
– problemas gastrointestinales
– problemas dentales, que incluyen sensibilidad y sequedad bucal
– Alteraciones psicosociales: comprenden un complejo conjunto de síntomas, en gran parte propiciados por las alteraciones físicas, entre las que se encuentran:
– trastorno ansioso- depresivo
– mala imagen corporal
– deficiencia cognitiva: lo que incluye confusión mental, problemas de concentración y memoria – cefalea
– alteraciones del humor
– dificultades para la reinserción laboral
Existen diferencias entre los síntomas que encontramos según los distintos tratamientos y en mujeres pre y post menopáusicas, así como algunos hábitos como pueden ser el tabaco, el alcohol, el ejercicio, el índice de masa corporal o la alimentación, que pueden exacerbar los mismos (4). (Figura 2)
Todos estos efectos secundarios, que en sí mismos no son generalmente graves pero que globalmente pueden conducir a un deterioro de la calidad de vida y, por tanto, al abandono del tratamiento (2), deben ser descritos a las pacientes para sepan identificarlos y tratarlos.
Algunas estrategias para paliar estos efectos secundarios asociados a la terapia endocrina son:
– actividad física y deporte: contribuye a disminuir la fatiga o los síntomas musculoesqueléticos, mejora la imagen corporal, disminuye el estrés y ansiedad, y previene las fracturas. Actividades como el yoga o la meditación suponen una gran ayuda a nivel físico y psicológico.
– atención psicológica: que ayude en el manejo de las emociones, en los estados de estrés y ansiedad, y a sobrellevar la sensación de envejecimiento prematuro asociada a la menopausia precoz. También ayuda en las alteraciones sexuales producidas por la disminución de la líbido, las alteraciones físicas y la pérdida de sensibilidad debida a la cirugía tras la mastectomía
– tratamiento farmacológico: existen diversos ámbitos de tratamiento farmacológico, como puede ser el tratamiento de las dislipidemias, el insomnio o la depresión. Es importante evitar el uso de fármacos inhibidores del citocromo CYP3A4 y CYP 2D6, como son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o la difenhidramina, puesto que reducirían los niveles de metabolito activo de tamoxifeno, con el consiguiente riesgo de pérdida del efecto anticanceroso. Se debe usar con precaución o evitar por tanto algunos antidepresivos, como la paroxetina, escitalopram, citalopram, fluoxetina y sertralina, y evitar medicamentos de venta libre empleados contra el insomnio compuestos por difenhidramina. Serán de elección otro tipo de antidepresivos.
– emplear complementos para reducir los síntomas de la menopausia que no incluyan soja, ni siquiera en el recubrimiento de las cápsulas
– utilizar suplementos de ácido hialurónico, colágeno y magnesio, para mantener las articulaciones hidratadas, evitando así las artralgias y los calambres musculares
– mantener los niveles de omega 3 para asegurar el correcto funcionamiento cognitivo, así como la realización de ejercicios de memoria
– emplear geles de higiene íntima específicos para la menopausia y lubricantes e hidratantes que mantengan la hidratación de la zona, llegando a requerir tratamiento láser en caso de atrofia vulvar
– alimentación: seguir una correcta alimentación es fundamental para la recuperación, si bien es cierto que la sensación de asco, náuseas y vómitos asociados al tratamiento puede dificultarla
– fisioterapia para recuperar la movilidad del brazo tras la cirugía, especialmente si afecta a la cadena ganglionar, y del estado de forma físico, lo que aumenta la tasa de supervivencia y mejora la calidad de vida.
– uso de productos dentales adecuados, que prevengan y traten tanto la sensibilidad dental como la sequedad bucal
Si bien existen otros síntomas menos habituales, como sudoración excesiva sólo por una axila, los síntomas que se presentan con más frecuencia, independientemente del tipo de tratamiento, requieren de una profunda información a la paciente y un abordaje multidisciplinar (5). Esta serie de medidas puede paliar la disminución en la calidad de vida presentada por las pacientes (3) y mejorar la adherencia al tratamiento (2).
BIBLIOGRAFÍA
1. Geicam: www.geicam.org/sala-de-prensa/el-cancer-de-mama-en-espana
2. “Challenges in adjuvant therary for premenopausal women diagnosed with luminal breast cancers”, Inés Vaz-Luis, MD, PhD et al., Breast Cancer, American Society of Clinical Oncology Educational Book, 2021 March; 41 (41): 1-15.
3. “Differential impact od endocrine therapy and chemotherapy on quality of life of breast cancer survivors: a prospective patient-reported outcomes analysis”, A.R. Ferrerira et al., Annals of Oncology, 2019 Oct; 30: 1784-1795.
4. “Body mass index and menopausal disorders during menopause affect vasomotor symptoms of japanese breast cancer patients treated with anastrozole: a prospective multicenter cohort study of patient reported outcomes”, Kaori Tane et al., Breast Cancer, 2017 Jul; 24 (4): 529-534.
5. “Gestiondes effets secondaires de l’hormonothérapie du cancer du sein chez la femme jeune”, Mahasti Saghatchian, Anne Lesur, Boletín del Cáncer, 2019, Dec; 106 (12): S37-S42.
6. BOT plus.
7. “Accute effects of tamoxifen and third-generation aromatase inhibitors on menopausal symptoms of breast cancer patients”, Leilani Morales et al., Anticancer Trials, 2004 Sep; 15 (8): 753-60.