CARCINOMAS ESPINOCELULARES

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Los carcinomas espinocelulares son tumores epiteliales malignos que se originan en las células
escamosas procedentes del estrato espinoso, en la epidermis.

Se tratan de tumores malignos, infiltrantes, destructores y con posibilidad de diseminación vía
linfática y hemática, con mejor pronóstico que el melanoma, pero como cualquier cáncer es
necesario ser diagnosticado y tratado de forma temprana para tener un buen pronóstico.

Suponen entre el 30-35% de los tumores cutáneos malignos. Afectan, fundamentalmente, a varones de más de 50 años con
alopecia que trabajan muchas horas al sol (como pueden ser agricultores y marineros) y que previamente han presentado lesiones de queratosis actínica,
aunque también se han descrito en jóvenes y mujeres.

Tiene una alta incidencia en personas rubias, de piel clara y ojos azules, albinos, personas con
historial de quemaduras solares, exposición a radiaciones ionizantes ya sea por tratamientos
médicos u otras fuentes, inmunosupresión por tratamiento farmacológico o enfermedad, historial
de lesiones en la piel tipo úlceras crónicas o cicatrices y antecedentes familiares. También
intervienen otros factores como la reducción considerable de la capa de ozono que permite que
lleguen más radiaciones UV a la tierra, y hábitos como el tabaquismo.

Es importante destacar que la presencia de uno o más de estos factores de riesgo no garantiza que
una persona desarrollará carcinoma espinocelular, ya que también hay casos en los que se
presenta en personas sin factores de riesgo aparentes.

Se suele localizar con un mayor porcentaje en la cara (con mucha frecuencia en la nariz), cuero
cabelludo (pacientes con alopecias o pelo fino que deja la zona del cuero cabelludo más
fotoexpuesta), orejas y dorsos de las manos, es decir, en las zonas más fotoexpuestas, por su íntima
relación con el daño solar.

La causa de la enfermedad puede ser multifactorial, aunque en un alto porcentaje de los
carcinomas espinocelulares humanos se ha encontrado una mutación en el gen p53 debida a la
radiación ultravioleta. La pérdida de su función normal permite que las células afectadas evadan los
mecanismos de control del ciclo celular y la apoptosis (muerte celular programada), lo que lleva al
crecimiento descontrolado y como consecuencia, a la formación de tumores malignos.

TIPOS.

Tiene varios subtipos y variantes:

 CARCINOMA ESPINOCELULAR CUTÁNEO. Es el más común y se desarrolla en la piel
expuesta al sol. Está fuertemente asociado con la exposición crónica a la radiación
ultravioleta.

 CARCINOMA ESPINOCELULAR MUCOSO. Afecta las membranas mucosas como boca, nariz
y garganta. Puede estar relacionado con factores como el tabaquismo y el consumo
excesivo de alcohol.

 CARCINOMA ESPINOCELULAR DE ÓRGANOS INTERNOS. Este caso es bastante más raro,
pero puede desarrollarse en pulmón, esófago y vejiga.

 CARCINOMA VERRUCOSO. Es un subtipo más bien diferenciado y de crecimiento lento. A
menudo se encuentra en la cavidad oral y tiene una apariencia verrugosa.

 CARCINOMA ESPINOCELULAR DE CÉLULAS FUSIFORMES. Este subtipo presenta células con
forma alargada y fusiforme. Puede ocurrir en varias ubicaciones, incluyendo la piel y las
membranas mucosas.

 CARCINOMA ESPINOCELULAR ADENOIDE. Se caracteriza por la presencia de estructuras
glandulares y puede ocurrir en sitios como la piel o las membranas mucosas.
Para el diagnóstico se realiza biopsia, tomando una muestra de la lesión para poder analizarla.

TRATAMIENTO

En cuanto al tratamiento consiste en la total eliminación o destrucción de las células neoplásicas
respetando dentro de lo posible las sanas circundantes. La elección de este dependerá de las
características del tumor, topografía, presencia de metástasis, tratamientos previos, estado del
paciente y técnica que mejor realice el dermatólogo.

Por lo general se realiza cirugía y extirpación de la lesión ya que logra, en la mayoría de los casos,
eliminar por completo el tumor. De esta forma se logra la reconstrucción inmediata por cierre de
bordes y si fuera necesario habría que hacer algún injerto. Los tumores ulcerados, con infección
secundaria y/o sangrantes pueden requerir extirpación con electro- bisturí.

En cualquier caso, habrá que hacer exploración ganglionar y regional para asegurar que no hay
metástasis, y en su caso valorar tratamiento.

Este tipo de tumores suelen ser sensibles a radioterapia, así que se puede utilizar como
tratamiento de entrada en aquellos pacientes que se nieguen a ser tratados quirúrgicamente, o en
personas de edad avanzada con problemas de índole general y riesgo de anestesia local o general.
La radioterapia se puede utilizar en tratamiento combinado, pero siempre después de la cirugía,
debido a la fibrosis que provoca en el tejido que dificultaría la reconstrucción de la zona. En
ancianos, además, el problema de radiodermitis crónicas tardías a penas se contempla, que es uno
de los efectos secundarios principales asociados al tratamiento con radioterapia.

También se están utilizando terapias fotodinámicas, aunque no en carcinomas invasivos mal
diferenciados. Y la quimioterapia es sólo una opción para cuando hay metástasis inoperables.
En caso de carcinomas espinocelulares del cuero cabelludo, el mejor tratamiento es el de las
queratosis actínicas previas, y para ello de elección son las terapias fotodinámicas. De aquí la
importancia de hacer campañas de prevención para la revisión de lesiones y acudir al especialista
de forma temprana para abordar lo antes posible.

¿QUÉ PODEMOS HACER DESDE LA OFICINA DE FARMACIA?

Desde la oficina de farmacia, como profesionales de la salud nuestra labor es trabajar en la
prevención y como siempre nuestro papel en estos casos es el de la educación sanitaria de la
población.

Trabajar en campañas de concienciación para el uso de fotoprotección solar. Recomendar por
norma general el uso de protectores solares a diario y hacer hincapié en la necesidad de reponerlo
cada 2 horas. Evitar la exposición solar en las horas centrales del día.

En pacientes con alopecia, además del filtro solar de amplio espectro en la zona del cuero
cabelludo, también es importante usar protecciones físicas como gorros, sombreros, sombrillas o
paraguas.

Además, continuar trabajando en campañas de detección precoz como revisión de lunares y
manchas, y cuando detectamos algún posible caso, insistir al paciente para que acuda con urgencia
al dermatólogo para ser avaluado lo antes posible.

Yurena Hernández.
Farmacéutica experta en cuidado capilar y de la piel.
Autora libro Salud Capilar, cuidados, análisis y tratamiento.
Creadora de FARMACIA 10 CAPILAR.

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