Maquillaje correctivo en el paciente oncológico

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Uno de los primeros cambios que pueden producirse al iniciar un tratamiento oncológico es la alteración de nuestra imagen corporal. La piel se vuelve más sensible, aparecen irritaciones, rojeces, e incluso erupciones. El cabello se cae, las cejas se vuelven más finas y desaparecen. Las uñas se vuelven quebradizas y/o sufren alteraciones en cuanto a color y rugosidad.

Todo paciente oncológico debe estar preparado para los cambios que van a acontecer, afrontarlos, y saber que puede mejorarse el aspecto con el uso de maquillajes y accesorios que nos ayuden a proyectar la esencia de nosotros mismos al exterior. ¿Quieres saber cómo podemos mejorar la autoestima y seguridad de un paciente oncológico hacia los demás?

Maquillaje
Miles de mujeres (y cada vez más hombres) en todo el mundo utilizan maquillaje a diario: para sentirse bien, para disimilar algún defecto, imperfección, para ganar seguridad… Por que sí. ¿Por qué no recurrimos a él entonces en ocasiones verdaderamente importantes para mejorar nuestro ánimo y nuestra autoestima, como es durante un proceso oncológico?

El mundo del maquillaje es muy amplio, y engloba tantas formas cosméticas como usos podamos darles. Pero no hace falta ser un experto maquillador, solo conocer algunos conceptos básicos. Vamos a ir viéndolos poco a poco.

La piel de un paciente sometido a tratamiento oncológico está más sensibilizada frente a los agentes externos, por lo que necesitamos utilizar productos cosméticos aptos para pieles sensibles y que dispongan de estudios que lo demuestren. Las oficinas de farmacia serán los establecimientos sanitarios de referencia para adquirir este tipo de productos cosméticos.

Dentro de los cosméticos decorativos encontramos diferentes bases cosméticas según su utilidad:

Bases correctoras:
Estos cosméticos son empleados para aplicar de manera localizada, y disimular así imperfecciones o lesiones determinadas. El uso de esta técnica se basa en utilizar diferentes tonalidades para neutralizar la coloración de partida existente en nuestra piel.

– Los tonos verdes contrarrestan las zonas enrojecidas: inflamaciones, dilataciones vasculares, etc.
– Los amarillos corrigen los tonos azulados y violáceos, como las ojeras.
– Los rosados ayudan a mitigar el color cetrino de la piel, dando un aspecto de buena cara.
– Los beiges se utilizan para mitigar las hiperpigmentaciones. También aportan luminosidad.
– Los malvas unifican e iluminan las pieles aceitunadas.

Normalmente se presentan a modo de base fluida o de Stick. Suelen incluir en su composición dióxido de titanio, talco y caolín, que proporciona gran cobertura y absorben la grasa cutánea. Es el primer paso que debe realizarse tras la hidratación pertinente antes de maquillar.

Bases de maquillaje:
Consiguen unificar el tono y mejorar la textura de la piel. Se aplican después de las bases correctoras, comenzando en la región central del rostro, y difuminando hacia el exterior. Los activos que incorporan son pigmentos coloreados que además de color, aportan poder cubriente y absorben la grasa. Existe una gran variedad de formas de presentación, que varían según el poder cubriente, pudiendo encontrar maquillajes fluidos, en crema, en polvo…. Elegiremos uno u otro en función de la tonalidad y el tipo de piel.

Con la combinación de los correctores y las bases de maquillaje conseguiremos disimular alteraciones cutáneas producidas por el tratamiento oncológico.

Polvos faciales:
Se utilizan principalmente para captar el brillo provocado por el exceso de grasa, y aumentar la duración del maquillaje. Nos permite jugar con las tonalidades, y con los efectos que produce: por ejemplo, los tonos claros van a dar sensación de volumen, mientras que los oscuros afinarán las facciones.

Sombras de ojos:
El objetivo de estos productos cosméticos es fundamentalmente, realzar la mirada y darle un toque de luz. Podremos ayudarnos de ellas para modificar ligeramente la forma de los ojos, y la expresión.
Las correcciones irán destinadas a que los ojos parezcan de mayor o menor tamaño, que sean más o menos redondos, estén más o menos juntos…

Máscara de pestañas:
Estos productos cosméticos se utilizan con el fin de mejorar el volumen, la extensión o simplemente la coloración de nuestras pestañas naturales.

En los pacientes oncológicos no se recomienda su uso, puesto que puede dañar las pestañas por tracción. En otros casos, es posible que las pestañas se hayan caído como consecuencia del tratamiento oncológico. En estos casos, podemos recurrir a un truco para simular las pestañas: bastará con realizar pequeños puntos sobre la base del párpado, en la línea de nacimiento de las pestañas, de forma que parecerá que estamos viendo las pestañas de frente. También puede hacerse a modo de delineado.

Eyeliners:
Su finalidad principal va a ser la de enmarcar el ojo y hacer que las pestañas parezcan más espesas. Pueden ser en formato lápiz o líquidos, con un pincel aplicador para facilitar su uso.
Como hemos comentado anteriormente, puede utilizarse este tipo de cosmético para perfilar el párpado en la zona del nacimiento de las pestañas, para simular una mirada más frondosa. Utiliza lápices de ojos resistentes al agua si tus ojos tienden al lagrimeo.

Maquillaje de cejas:
Con estos cosméticos destacamos y damos forma a las cejas. Esta parte del rostro también puede sufrir modificaciones por el tratamiento oncológico, que las debilita e incluso favorece su desaparición. Con la ayuda de lápices, geles y polvos coloreados, podremos redefinir las cejas y devolver al rostro su expresión hasta que vuelvan a crecer.

Los colores deben parecerse al color natural, para que no destaquen en demasía. No se recomiendan los tonos demasiado oscuros, ya que endurecen mucho la mirada.

Para realizar un maquillaje correctivo de cejas en pacientes oncológicos, primeramente debemos conocer los tipos de ceja que existen y su relación con el óvalo facial, pues debemos asegurar que todo está en armonía para que el resultado sea natural. Debemos tener en cuenta los parámetros fundamentales para corregir las cejas, como son: el color, el espesor, la línea y la dirección, la longitud y el punto de altura.

Un punto muy importante a tener en cuenta en el diseño de la ceja es que debemos dibujar “pelitos”, no una línea continua, puesto que el resultado será de todo menos natural. La corrección de las cejas debe ser sutil. Para tener un resultado favorecedor, debemos considerar lo siguiente:

Colorete:
Los coloretes realzan los pómulos, y dan un aspecto saludable al rostro. Deben aplicarse en pequeña cantidad y bien difuminados, para que creen armonía y uniformidad. Lo más común es que sean en polvo, pero pueden encontrarse también en crema o en formato líquido. En función del tono de piel, la coloración del colorete será diferente:
Cutis claro: Los tonos más afines son el rosa, el melocotón, rosa palo o rojo uva. Conviene evitar marrones y naranjas.
Cutis mates: Albaricoque, coral, marrón rojizo y dorado. Evitar tonos rosas y oscuros.
Cutis rosados: Borgoña y burdeos.
Según la manera en la que apliquemos el colorete, podremos variar ópticamente la anchura o longitud de nuestras facciones. En los rostros anchos u ovalados, aplicaremos el colorete de forma oblicua y ascendente; en los estrechos de forma horizontal. Para imitar al rubor natural deberemos aplicarlo sobre las mejillas, mientras sonreímos.


El uso del colorete no se limita únicamente al pómulo, sino que puede aplicarse en sienes, barbilla, escote y hombros y jugar así con la luminosidad.

Labiales:
El objetivo de este tipo de cosméticos es la hidratación y el aporte de color. Se puede jugar con los tonos y perfilados para dar volumen, aumentar tamaño, etc.
Es recomendable realizar una suave exfoliación y así mejorar la textura de los labios. Después, aplicaremos una base hidratante a fin de protegerlos. Los tonos rosados son los más naturales. Evita el uso de labiales mates, puesto que tienden a resecar más el labio.

Debemos recordar que todos los productos mencionados anteriormente, son parte de las herramientas que podemos utilizar para mejorar el aspecto de la piel de un paciente oncológico, pero no necesariamente tenemos que utilizarlos todos. Al fin y al cabo, el objetivo que queremos conseguir es estar bien con nosotros mismos, y con los que nos rodean.

Antes de cualquier protocolo de maquillaje, es necesario seguir unas pautas para mantener la piel hidratada y disminuir, en la manera de lo posible, la sensibilidad asociada a los tratamientos oncológicos.
1. Como en toda rutina de cuidados, la limpieza es uno de los puntos más importantes, para mantener la piel en condiciones óptimas y eliminar los restos de suciedad o el maquillaje aplicado. La piel como hemos dicho está sensible, por lo que debemos optar por leches limpiadoras sin aclarado para la zona facial, para evitar la tirantez y/o sequedad que acompaña a los limpiadores al agua.
2. Por otro lado, una buena crema hidratante apta para piel sensible hará que éste quede natural. En la Farmacia nos podrán asesorar sobre qué productos cosméticos podemos utilizar mientras dure el tratamiento oncológico, y después de él.
3. Por último, el factor de protección solar debe ser casi obligatorio en los pacientes oncológicos. Los pacientes tratados con quimioterapia o terapias dirigidas presentan un mayor riesgo de desarrollar una pigmentación cutánea, de forma difusa o localizada.

M. Paz Pellús García
Farmacéutica especialista en Cosmética y Dermofarmacia.

BIBLIOGRAFÍA

– Postgrado en Asesoría de imagen y estética oncológica. Temario.
– “Dermatología de los tratamientos contra el cáncer. Guía práctica.“ Dr. Vicent Sibaud, Pr. Jean-Pierre Delord, Dra. Caroline Robert.
– “ONE SMILE. Oncoeducation & Skin side effects minimized for living ever better.” Laboratorios Dermatológicos Avène.
– “Dermocosmética y cuidado de la piel del paciente oncológico.” Laboratorios La Roche Posay.

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