La nutrición y unas correctas pautas dietéticas son claves para mantener un buen estado de salud y en ciertas patologías ayudará a mejorar tu calidad de vida además de tener unas pautas que mejore el transcurso del tratamiento, como ocurre en el proceso oncológico.
Lo primero es saber que contienen los alimentos. Distinguimos tres grandes grupos, considerados como macronutrientes:
• Hidratos de carbono: Son nutrientes energético, y se dividen en complejos y simples
o Complejos: Aportan energía constante y sostenida. Será la prioridad en nuestra alimentación.
o Simples: Aportan energía rápida, y lo usaremos dependiendo de cada caso individual, en actividades físicas.
• Proteínas: Son nutrientes estructurales, ayudarán al que nuestro sistema músculo esquelético pueda afrontar el movimiento de nuestra rutina diaria. Aquí podremos diferenciar entre proteína animal (carnes, pescado, huevos) y vegetal (soja entre otras)
• Grasas: Nutrientes que cumplen tanto función estructural cómo energética. En general hay que prestar atención a su consumo, pero nunca evitarlo. Se dividirán en tres tipos:
o Saturadas: A evitar por su alto perfil aterogénico (Ej.: En bollerías)
o Insaturadas: Saludables, presentes en aceites, pescados, frutos secos y aguacate (entre otros)
• Dentro de los grupos más pequeños o micronutrientes tenemos:
o Vitaminas y minerales: Poseen función estructural y reguladora, controlan las reacciones químicas del organismo, pero no aportan energía. Resultan imprescindibles para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo, ya que a nivel celular intervienen en numerosos procesos. Las encontraremos en gran cantidad en las frutas, verduras y hortalizas, pero también otros alimentos como las legumbres, el pescado, los lácteos, productos integrales, la carne y los huevos.
Con una buena planificación dietética, guiada por un nutricionista podremos cumplir con una alimentación saludable y equilibrada, orientada a cumplir las cantidades diarias recomendadas tanto de macronutrientes como de micronutrientes.
Según como se detalla en la Guía de nutrición para pacientes con cáncer de mama localizado y avanzado elaborada por la SEOM.
El aspecto más importante es considerar las comidas como un momento de disfrute de la comida, evitando agobios ni exigencias para comer. Es preferible aumentar las raciones que hacer menos y más copiosas. Disfruta con las comidas, prepara tus comidas favoritas para días en los que no acudas al tratamiento, y con la ayuda del nutricionista valora si un día has de cambiar un alimento por otro que sepas que va a cumplir la misma función.
La dieta mediterránea debería de ser el patrón a seguir. Hay estudios recientes (PREDIMED) que relaciona la alimentación siguiendo estos alimentos y sus pautas con una mejora de la salud del individuo, destacando la mejora cardiovascular. En ella veremos que abundan las verduras y fruta, pescados y aceite de oliva. En el caso que nos atañe priorizaremos el consumo de pescado y aves reduciendo el consumo de carne roja.
También, destacamos la importancia de la actividad física y deporte, como complemento a lo dicho anteriormente. Junto a tu oncólogo y valorando cada situación personal, el deporte aumentará la calidad de vida y mejorará la salud cardio vascular, además de que se trata de una forma de liberación a nivel emocional.
Depende del ejercicio físico que nos guste y podamos hacer, es recomendable realizar una práctica deportiva de manera regular y no intensa, y si se desea ir subiendo estas exigencias. Lo hemos de tener en cuenta como un complemento más y a medida que aumentemos éste tiempo, iremos adaptando las comidas en función de ello.
No debemos olvidarnos de la hidratación. Si de por sí, es aconsejable beber 2 litros de agua, de manera constante durante el día, cuando realicemos deporte, hemos de asegurar que nos hidratamos antes, durante (si es posible) y después. Existe suplementación deportiva, la cual dependiendo del objetivo que nos marquemos y la valoración nutricional del nutricionista podremos incluir.
Por último, el deporte hemos de tenerlo en cuenta como un “plus” a nuestro tratamiento, y es otro momento de disfrute, nos hemos de quedar con ganas de más e ir aumentando poco a poco nuestra satisfacción personal al ir consiguiendo nuestros objetivos, siendo metas realizables y concretas, siendo la primera la de que nos ayude a aumentar nuestro bienestar físico y emocional.
Autor: De Anca Escudero, Alex