La piel durante los tratamientos oncológicos

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Las patologías oncológicas han incrementado su prevalencia en los últimos años y se espera que la tendencia continúe al alza al menos en las dos próximas décadas, con expectativas de alcanzar los 29 millones de nuevos casos para 2040.

Iniciativas como ésta, #JuntosXElCáncer, nos parecen más que necesarias y un impulso para que todos los profesionales sanitarios nos demos cuenta de la necesidad de formarnos para poder acompañar, aconsejar y ayudar a pacientes y cuidadores en el proceso.

En nuestro caso, desde nuestra amplia experiencia tras el mostrador en diferentes farmacias creemos que en muchas ocasiones no se aborda al paciente de la manera adecuada y como especialistas en el cuidado de la piel, sabemos que en ese aspecto tenemos mucho campo de trabajo, así que unas sencillas recomendaciones pueden, en muchos casos, suponer una gran diferencia. Ese es justamente nuestro objetivo con este articulo.

¿Por qué es necesario recomendar a los pacientes oncológicos que cuiden su piel?

Para PREVENIR.

Es necesario cuidar la piel porque los efectos secundarios que conllevan los diferentes tratamientos oncológicos sobre la piel son de gran impacto y afectan a dos de cada tres pacientes, es decir, son muy habituales.

Además de la piel, pueden ver alterados también las mucosas, el pelo y las uñas. Uno de los efectos más estigmatizantes para la mayoría de los pacientes, es la pérdida de cabello, cejas y pestañas que acompaña frecuentemente a la quimioterapia y a algunas otras terapias. Las nuevas terapias dirigidas apenas producen alopecia pero afectan en mucha mayor medida a la piel.

Estos efectos generan un deterioro de la imagen personal y de la calidad de vida que, en los casos más graves, incluso puede llegar a afectar a la adherencia al tratamiento, dificultando o impidiendo su cumplimiento. Es el caso de los tratamientos concomitantes a la radioterapia, pues la radiosensibilidad de la piel está aumentando, dando lugar a radiodermitis que si son extremas pueden suponer la discontinuidad del tratamiento oncológico previsto.

Los productos dermocosméticos son capaces de reducir estos efectos adversos, tanto en su impacto físico (menos xerosis, menos prurito, menos erupciones,…) como en el psicológico. Pueden incluso evitarlos en determinados casos, sobretodo si se comienza el cuidado de la piel antes de empezar los tratamientos.

Es importante que se conozca que la mayoría de estos efectos secundarios son transitorios y reversibles una vez finalizado el tratamiento. Una excepción es la perdida de cabello en zonas altamente radiadas o en las cicatrices.

Es necesario que los pacientes estén informados

Resulta llamativo que, pese a que los efectos secundarios sobre la piel que todos los tratamientos oncológicos producen en mayor o menor medida, se pueden minimizar o incluso evitar con el uso preventivo de productos los adecuados siguiendo unas pautas y consejos sencillos, esto pocas veces se consigue.

¿Porqué?

Porque la mayoría de los pacientes y/o cuidadores no reciben a tiempo la información. La farmacia no siempre tiene la opción de conocer el proceso por el que pasa el paciente antes de que el tratamiento se inicie. En los primeros pasos de la enfermedad, el paciente no suele acudir a la farmacia pues se trata en el hospital y cuando acude es porque ya ha notado algún efecto adverso. Para poder obtener el máximo beneficio del tratamiento cosmético, ´éste debe comenzar cuanto antes.

Además en muchos casos los pacientes, cuidadores e incluso algunos sanitarios consideran que el cuidado de piel, pelo y uñas es algo secundario, un problema exclusivamente estético e incluso lo consideran algo banal. Y nada más lejos de la realidad.

Se trata, por un lado, de una cuestión de salud de la piel. Mejorar el estado dermatológico es positivo para que la piel se resienta lo mínimo posible, de modo que el tratamiento pueda cumplirse íntegramente. Por otro lado, a nivel psicológico y emocional, el hecho de verse mejor –con los cuidados, el maquillaje, etc.- ayuda a que se sientan también mejor y esto no es para nada algo irrelevante.

Es importante que el paciente reciba la información de manera clara, sencilla y concreta. Está pasando por un momento duro y complicado tanto a nivel emocional como físico. Fuera a parte de todo lo que supone la enfermedad en sí, los tratamientos producen mucho cansancio, a veces dolor y con ello la capacidad de atención y comprensión pueden verse afectadas. Lo ideal es que se lo pongamos fácil: consejos sencillos, explicados de manera práctica y detallada pero sin extendernos demasiado, concretando.

¿Qué cuidados son necesarios?

En realidad lo que necesitan los pacientes en la mayoría de las ocasiones es simplemente sustituir algunos de los productos de su cuidado diario por otros que aporten los mismos beneficios, pero que al mismo tiempo sean muy respetuosos con su piel.

En otras ocasiones, cuando el paciente no tiene una rutina previa de cuidado, si que será necesario incorporarlos, explicando claramente por qué resulta necesario cada uno de los pasos.

Las pautas básicas de higiene y cuidado las vamos a explicar de manera separada según hablemos de la piel del rostro o de la del cuerpo.

Rutina Facial:

• Cómo siempre, lo primero es la limpieza. En este caso debe ser una limpieza muy suave, con un producto sin detergentes, que no irrite ni altere la piel, mejor aún sin aclarado, porque así evitamos la sequedad.
• En segundo lugar, cómo tónico y para ayudar a eliminar posibles restos del limpiador recomendamos pulverizar con agua termal, aprovechando además su efecto calmante.
• Para la zona de contorno de ojos recomendamos el uso de un producto específico para pieles sensibles que no contenga perfume.
• Posteriormente será el momento de aportar hidratación y confort, usando una crema (o sérum y crema) adecuada para pieles sensibles o reactivas.
El protector solar es totalmente imprescindible. Recomendamos uno con filtros físicos si la piel no está integra, y si lo está, podemos recomendar uno con filtros químicos, preferiblemente sin perfumes. Todos los tratamientos oncológicos son fotosensibilizantes, así que no hay excusas para aplicar el protector solar a diario y reponerlo las veces necesarias.
• Como último paso, y según las características, preferencias y ganas del paciente, recomendamos la aplicación de un maquillaje corrector. Este puede ser un paso importante tanto por el aspecto estético, como a nivel psicológico y emocional. Uno de los ejemplos más claros es el de aquellos pacientes con alopecia que aprenden a maquillarse las cejas. Es muy recomendable que se hagan una foto antes de perder el pelo para maquillarlas lo más parecido posible a su forma original y así consiguen recuperar la expresión del rostro y el enmarque de la mirada, reconociéndose de nuevo ante el espejo.
• Por último, una o dos veces por semana, es bueno aplicar una mascarilla calmante e hidratante que aporte un extra de confort y alivie la xerosis.

Rutina Corporal:

• Comenzamos también por la limpieza, utilizando productos muy suaves –sin detergentes- y respetuosos con la piel, sin perfume. Recomendamos que se apliquen con las manos –también los productos faciales- para evitar el roce en la piel de esponjas, discos de algodón, etc.
• Tras limpiar podemos aplicar también en el cuerpo agua termal, sobretodo en las zonas más afectadas e irritadas que necesitarán más su efecto calmante. Podemos aumentar ese efecto calmante guardando el producto en la nevera ya que el frio también ayuda a ese efecto.
• Después, para mejorar el estado de la piel, usamos cremas, lociones o leches sobreengrasantes específicas para pieles sensibles (sin activos irritantes, ni perfumes, …) que aporten hidratación y comodidad a la piel.
• En función del tratamiento que siga el paciente y de los efectos que éste cause en la piel recomendamos otros productos como pueden ser reparadores de la barrera cutánea –necesarios en la mayoría de los casos-, exfoliantes no agresivos en el caso de hiperqueratosis o síndrome palmo-plantar, u otros específicos según el caso de cada paciente concreto. Por ejemplo, durante la radioterapia es altamente recomendable la preparación previa –aunque no justo antes de las sesiones, sino unas 4 horas antes- y la reparación posterior con productos específicos, para intentar que la piel responda lo mejor posible y no se imposibilite continuar con las sesiones pautadas por el radiooncólogo.
• Por último recordar que hay que utilizar siempre protección solar en las zonas expuestas.

Como podéis ver, no se trata de hábitos complicados, pero si que hay que ser constante. Es necesario que el paciente entienda su importancia en el mantenimiento de una piel más confortable, más protegida, más nutrida y en definitiva, más sana.

No nombramos marcas porque en la farmacia encontrarás diferentes opciones que se adapten a tus necesidades y profesionales dispuestos a aconsejarte. ¡No dudes en preguntar!

Autoras: Mª José Cachafeiro, Nuria Fervienza y Magdalena Lillo

Bibliografía:

1. Asociación Española contra el Cáncer. Guía de cuidados estéticos para el paciente oncológico. [citado 17 de diciembre de 2019]; Disponible en: www.aecc.es
2. Bonet R, Garrote A. Cuidados dermatológicos del paciente oncológico. Farm Prof 2016;p. 12-4.
3. El cuidado de la piel es un factor clave en el paciente oncológico – El médico interactivo : El médico interactivo [Internet]. [citado 17 de diciembre de 2019]. Disponible en: https://elmedicointeractivo.com/el-cuidado-de-la-piel-es-un-factor-clave-en-el-paciente-oncologico/
4. Jaén P, Truchuelo M, Sanmartin O, Soto J. Guía de cuidados dermatológicos del paciente oncológico. AECC, editor. 2012.p. 1-67.
5. Las cifras del cáncer en España [Internet]. 2019 [citado 17 de diciembre de 2019]. Disponible en: http://www.isciii.es/ISCIII/es/contenidos/fd-servicios-cientifico-tecnicos/fd-vigilancias-alertas/fd-epidemiologia-am-

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