Con motivo del día internacional contra el cáncer, en Juntos Por Tu Salud, queremos volver a desarrollar una serie de posts que lleguen al paciente oncológico.
Si no, nos seguisteis el año pasado el movimiento, os explico un poco:
Somos gente diferente, enfermeras, pacientes, auxiliares, biólogos, farmacéuticos, técnicos, médicos, que hemos abierto nuestro corazón y de forma totalmente desinteresada, hemos narrado en diferentes tuits nuestras experiencias, conocimientos y sentimientos sobre el cáncer. Con el único fin de ayudar y aprender de esta enfermedad.
Si el año pasado fue difícil, este año, con el listón tan alto, nos hace llevar una presión en los hombros que espero, que no nos bloque he impida, volver a encontrar esa satisfacción de haber llegado a lo más profundo de la gente, a lo más profundo de vosotros.
Este año mi Tuit, va ser diferente, si bien, el año pasado decidí abrirme en canal y hacerme totalmente vuestra contando los más profundo y personal. La enfermedad de mi hija.
Este año, quiero seguir hacia delante, y hablar de la superación de la enfermedad, en este caso del cáncer de mama y en su seno de las consecuencias de la linfadenectomía.
Espero de todo corazón que mi experiencia sanitaria y personal, ayude a todos los pacientes a salir de este bache de daños colaterales del cáncer de mama.
La supervivencia en el cáncer de mama ha aumentado significativamente, pero no podemos olvidar que dicha patología provoca una serie de cambios en el paciente que puede mermar sus capacidades funcionales y psicológicas. Que deberemos compensar con el fin de poder ser autónomos, una vez superada dicha enfermedad.
Quizá este proceso es el más difícil de entender a nivel social, pues la gente te ve como paciente recuperado, pero tu cuerpo aún tiene las secuelas de la grave enfermedad. Secuelas que no son fáciles de llevar, pero que quizá, son menos visibles o silenciosas, pero que, a ti, te queman por dentro. Te limitan, te cambian el humor e incluso te imposibilitan a trabajar.
Lo primero que tienes que estar es tranquila, la enfermedad no acaba cuando te hacen la mastectomía o la cirugía conservadora de mama, cuando acaban los ciclos de la radioterapia o cuando pones fin a la quimio.
No hay fechas establecidas, así que no te pongas tú e intenta avanzar sin miedo. Quizá en tu piel no se note la terapia o tampoco en tu brazo, y tras la linfadenectomía, no hayan consecuencias y pronto puedas recuperar tu ansiado estilo de vida. Libre de sombras y de monstruos con nombre de patologías.
Quizás, ya se empiezan a recuperar tus sueños congelados y poco a poco, todo, vuelve a su normalidad. Pero si no es así, si tu aún estas recuperándote de las secuelas de tus heridas psicológicas o daños inherentes a la enfermedad, tomate tu tiempo y mientras tanto, lee mi post acerca de una de las patologías más comunes en el cáncer de mama.
Si has tenido afectación de ganglios axilares y te has realizado una linfadenectomía…
HAS SUPERADO EL CÁNCER Y VAMOS A PODER CON LAS SECUELAS.
¿CÓMO SABRÁS QUE TIENES UN LINFEDEMA?
Pues la primera sintomatología será la inflamación del brazo característica de esta patología, con un edema blando que provoca fóveda que disminuye con la elevación del miembro y con un dolor leve o moderado, aunque en fases de diagnóstico más tardías podemos encontrarnos con un brazo con edema duro y que no mejora tras la elevación.
Existe tirantez en la piel, limitación articular y sensación de pesadez.
PERO, ¿PORQUÉ ME OCURRE EXACTAMENTE?
El linfedema, es decir la inflamación del brazo en el cual se han extirpado los ganglios linfáticos es una de las consecuencias comunes derivadas de dicha cirugía. Este edema es producido por una disfunción linfática, es líquido acumulado rico en proteínas en el espacio intersticial y provoca un aumento de tamaño e hinchazón.
El porcentaje de incidencia de esta patología es del 20% a los 6 meses el 36% a los 12 meses y el 54% a los 36 meses (Shac, 2011)
La predisposición varia aumentando proporcionalmente según aumenta el número de ganglios extirpados que provoca que el transporte de la linfa, sea más deficitario.
Gracias a la biopsia del ganglio centinela que nos ayuda a eliminar solo los ganglios afectados y la disminución de dosis en radioterapia con las nuevas técnicas, ha disminuido algo la incidencia de esta patología, pero si estas pasando por ella estos pequeños consejos desde mi experiencia puede que te ayuden.
¿CÓMO PUEDES PREVENIR EL LINFEDEMA? ¿QUÉ PODEMOS HACER?
Por parte del oncólogo se minimiza al máximo la extensión de la linfadenectomía, además de dosificar la radioterapia y controlar el peso con medidas preventivas conservadoras y coordinación entre profesionales.
Como pacientes, deberemos de evitar el calor y el frio extremo evitar anillos y pulseras, no aumentar de peso, secar e hidratar la piel, evitar la ropa ajustada, intentar dormir con el brazo elevado, tener especial cuidado con traumatismos, picotazos o arañazos, intentar evitar los análisis o tomas de tensiones en ese brazo y ante cualquier duda consultar con nuestro médico.
Ellos nos podrán educar con una serie de ejercicios esenciales para favorecer el retorno de la linfa.
PREGUNTA POR TU ESCUELA DE LINFEDEMA.
TENGO UN LINFEDEMA Y AHORA ¿QUÉ?
Siempre hay que apostar por los tratamientos más conservadores que equilibren la formación y evacuación de la linfa para disminuir el edema y mantener o restablecer la función para mejorar la calidad de vida.
Si quizá, ya estamos en un periodo muy limitante se necesitará un tratamiento de choque, como pueden ser; los drenajes linfáticos manuales, presoterapia, vendajes compresivos multicapa o ejercicios con tratamiento postural.
Los ejercicios serán debidamente pautados, deben ser aeróbicos de 25-30 minutos, resistencia 10-15 min y estiramiento de 10-15 min y siempre con venda de contención pues con esto ayudamos al bombeo extrínseco del sistema linfático. La venda de contención es de un tejido elástico sin costuras que ejerce presión de distal a proximal lo que favorece el drenaje se debe colocar por las mañanas mínimo 12 horas y siempre se ha de llevar posterior a la cirugía, durante la actividad física y en viajes de avión. Esta prenda va ser por un periodo de tiempo tu gran aliado.
Los ejercicios respiratorios también son importantes pues mejoran la flexibilidad, controlan la tensión arterial, mejora la capacidad aeróbica, además de darte esa relajación que quizá necesites. Inténtalo, te sorprenderá lo que ayuda a quitar la presión del brazo relajando la intensidad de la inflamación.
Como tratamiento postural debemos señalar la importancia de la elevación del miembro 45º en ligera abducción especialmente en el post quirúrgico y post mastectomía.
Sencillo ¿no? Busca tu momento de relax, y solo tendrás que elevar el brazo.
También existen terapias de apoyo como el Kinesiotaping, que son una serie de bandas elásticas adhesivas que mejora el flujo sanguíneo y linfático, si bien, es menos efectivo que el vendaje multicapa, pero quizá más cómodo ti como paciente. Es menos visible bajo la ropa lo que quizá te haga sentir más cómodo con el tratamiento, puedes contarle tus preferencias a tu médico y entre los dos decidir.
Si, aun así, no existiera mejoría tu médico, descartará posibles infecciones y valorará opciones farmacológicas o de cirugía.
Todos sabemos que no es un camino fácil, el cáncer tiene además de la enfermedad, muchas secuelas silenciosas que nos limitan, no dudes en consultar con tu médico cualquier duda referente a tus secuelas, sentimientos o incluso miedos.
Cualquier aportación por irrelevante que te parezca puede ayudarte, no te limites a pensar que todo es normal por haber pasado un cáncer. No des por hecho que vas a vivir las secuelas de por vida. Hay muchas de ellas que pronto quedarán en el olvido. Recuerda que muchas veces no podemos evitar que nos ocurran ciertas cosas, pero nuestra actitud será la clave para superarlas.
Espero de corazón que mi post sirva para ayudar a todas los pacientes que sufran un linfedema.
Sonia Ginés