La vacunación consiste en la administración de un antígeno modificado o elaborado de tal forma que produzca, en la persona que lo recibe, una respuesta inmunológica protectora, pero sin los peligros de la infección natural. Se basa en la respuesta específica del sistema inmunitario a cualquier elemento extraño (antígeno) y en la memoria inmunológica de un paciente oncológico. De este modo un paciente inmunodeprimido, conseguirá la protección de este frente a la infección. Es recomendable que una vez recuperada su inmunidad, generalmente después de la quimioterapia, se le administren ciertas vacunas inactivadas o muertas como la gripe (Debiendo de vacunarse también los pacientes mayores de 6 meses con una enfermedad oncológica) o el neumococo, entre otras. Se recomienda su historia vacunal, (siempre previa consulta oncológica y administrada por un profesional sanitario).
Es necesario recordar que debemos ajustarnos estrictamente a las recomendaciones específicas de cada vacuna para cada situación concreta y que una correcta inmunización podrá prevenir posibles complicaciones en pacientes con cáncer. La vacunación del entorno más directo del paciente oncológico, sea un cuidador o familiar, es sumamente importante, para evitar una posible transmisión, teniendo que actualizarse tanto el adulto como el niño en su calendario vacunal.
El padecimiento de determinadas enfermedades y la realización de ciertos tratamientos limitan el uso de algunas vacunas, a la vez que indican el empleo de otras. En personas muy inmunocomprometidas, tanto por su enfermedad y/o por su tratamiento, no deben de utilizarse vacunas de virus y bacterias vivas.
Existen algunas vacunas que pueden prevenir la aparición de algunos tipos de cánceres. Como son la vacuna del papiloma humano y la de la hepatitis B. Estas vacunas lo que hacen es evitar la infección por estos virus que son los responsables de la aparición de ciertos tipos de cánceres.
Las infecciones por VPH pueden ocasionar cáncer de cuello de útero, ano, orofaringe, vagina, vulva y pene. Existen varias vacunas en el mercado y están aprobadas para su uso en mujeres entre 9 a 26 años aunque se recomienda su aplicación también en hombres. Estas vacunas lo que haces es prevenir la infección por VPH que es la responsable de la aparición de estos cánceres.
Una infección crónica producida por el virus de la hepatitis B puede ser responsable de la aparición de cáncer de hígado. En el mercado existen distintos tipos de vacunas, algunas específicas para el VHB y otras que además de proteger contra esta infección lo hacen para algunas otras (son más completas). Fue una de las primeras vacunas comercializadas para prevenir la aparición de cáncer.
Autores:
• Budhrani Budhrani, Ishoo
• González Ortiz, Irene