Catéteres venosos en pacientes con cáncer

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Una vez aparecida la sospecha de cáncer en una persona, su vida cambia por completo, más allá de la incertidumbre del ¿tendré o no tendré?, a la persona la hacen andar por una senda tortuosa llena de exploraciones y pruebas complementarias: análisis, ecografía, resonancia, tomografía, etc. Si la sospecha se mantiene o se confirma, la ruta diagnóstica se alarga: punción para toma de muestras específicas, punción lumbar, biopsia transcutánea, PET-TAC…

Si, desgraciadamente, se verifica el diagnóstico como algo maligno, hay que seguir tomando decisiones para seleccionar el tratamiento más adecuado en ese momento y con los menores eventos adversos posibles.

Tras la cascada recibida de opciones de tratamiento sea farmacológico, quirúrgico y/o radioterápico, uno de los puntos a considerar sería:

¿Mis venas se van a resentir de tanto pinchazo y tanta sustancia administrada?
A mis amigos, familiares o pacientes cuando les dan la noticia siempre les digo: “ármate de coraje porque esto te va a ocupar al menos un año de tu vida, y habrá días en los que te vas a sentir muy muy mal, pero no pierdas el ánimo ni las ganas de tirar hacia delante”, y a continuación les hago la pregunta “¿te van a poner quimio intravenosa? ¿te han ofrecido un catéter venoso central?

¿Y eso qué es? Me preguntan.

Para la administración de medicamentos, sueros intravenosos, sangre e incluso nutrición es necesario canalizar un catéter venoso, que habitualmente es periférico (y corto) y nos lo suelen insertar en la flexura del brazo o la mano al acudir a urgencias o si ingresamos en un hospital.

Si llegado el momento, te ofrecen un catéter venoso central dependerá, en primer lugar, del tipo de sustancia que nos van a infundir, dado que muchas de ellas pueden ser irritativas para las venas. Este tipo de catéter es más largo y su punta o extremo quedará en la vena cava, cerca del corazón o incluso en la aurícula derecha dado que son cavidades con gran calibre y flujo sanguíneo y aun siendo la medicación muy flebotóxica (irritante para las venas) se diluye fácilmente siendo imposible su deterioro y el del resto de las venas.

Este tipo de catéter no sólo se ofrece en tratamientos quimioterápicos, también se puede ofrecer a personas que van a estar con tratamientos intravenosos y/o extracciones de sangre muy frecuentes y con venas periféricas complicadas o ya deterioradas.

¿Entonces cuáles serían las ventajas de este tipo de catéter venoso central frente al periférico?

En primer lugar la durabilidad, un catéter periférico, difícilmente se puede mantener más de una semana, los centrales pueden alcanzar una duración de varias semanas e incluso varios años.

En segundo lugar, el riesgo de extravasaciones (salida del medicamento por fuera de la vena) es muchísimo menor. La extravasación, dependiendo del tipo de sustancia, la cantidad y el tiempo de acción puede provocar daños en la piel, músculos, tendones o nervios cuyas lesiones pueden tardar meses en curar e incluso precisar injertos.

En tercer lugar, se evita pinchar la vena del paciente cada vez, bien para el control analítico de sangre, bien para la administración del tratamiento o las transfusiones, pasando a ser estos procedimientos indoloros.

Así pues, un catéter venoso central hará que nuestro capital venoso (venas) no se deteriore. Algunos quimioterápicos administrados por catéteres periféricos provocan flebitis (enrojecimiento o endurecimiento de la vena) así como un oscurecimiento de su trayectoria (quedan como tatuadas) y estos daños dejan secuelas en ellas para siempre.

La Sociedad Europea de Oncológica Médica (ESMO) en su guía del año 2015 sobre catéteres venosos en oncología describe cuatro tipos de catéteres centrales:

Catéter central no tunelizado, que sólo sería útil para los tratamientos de corta duración (hasta un mes)

Catéter central tunelizado, con mayor durabilidad (varios meses) y menor riesgo de infección. Estos dos catéteres se insertan en la vena subclavia o la yugular, cerca del cuello.

Catéter central implantado, también llamado reservorio venoso o port a cath, el dispositivo consiste en una cámara conectada a un catéter que se ubica debajo de la piel, habitualmente en el músculo pectoral. Tienen bajo riesgo de infección y con un buen mantenimiento pueden permanecer varios años sin dar ningún problema. Cada vez que tiene que ser usado se debe pinchar la piel para acceder a esa cámara.

Catéter central de inserción periférica (CCIP o más conocido por las siglas en inglés PICC), se inserta en una vena periférica generalmente del brazo y puede permanecer varios meses, la trombosis venosa sería una de sus complicaciones junto a la infección.

Estos catéteres pueden ser implantados tanto en niños como en adultos dado que la industria proporciona de todos ellos diferentes calibres, tamaños y longitudes.

Pie de imagen: PICC y reservorio recién implantados.

En esta guía se explica también que previa a la inserción de estos tipos de catéteres hay que hacer una valoración del paciente: pruebas analíticas, revisión de la historia clínica y de su estado. En este momento es cuando se decidirá cuál va a ser el catéter idóneo para ese paciente en concreto, teniendo en cuenta, como ya hemos comentado, sus propias características, y las del tratamiento.

Tanto el Ministerio de Sanidad como la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), entre otras, apuestan por que este tipo de catéteres sea insertado por profesionales cualificados y por el uso de la ecografía (ultrasonidos) para su canalización por cuanto estos dos puntos reducen además de las complicaciones inmediatas (multipunción, punción arterial o nerviosa, hemorragia, etc.) y también las tardías (infecciones, trombosis, etc.)

Pie de imagen: el uso de la ecografía nos permite evaluar y seleccionar la vena más adecuada según sus características.

Los días previos a la implantación le deben informar sobre qué preparación debe seguir:
– Si requiere acudir en ayunas
-Si es necesario suspender algún tipo de medicación, sobre todo si toma antiagregantes o anticoagulantes
– Tipo de aseo personal
– Si es necesario acudir con acompañante o no, etc.

Llegado el día de la implantación del catéter venoso central, esta técnica será realizada con las máximas medidas de esterilidad posible y se llevarán a cabo en un quirófano o sala de intervencionismo en el servicio de radiología. Sólo los PICC pueden ser implantados en la propia habitación del paciente o consulta adaptada pero siempre siguiendo las medidas de esterilidad máxima: paciente totalmente cubierto con tallas estériles, personal que implanta con bata y guantes estériles, gorro y mascarilla, y todo el material necesario se mantendrá con máximas medidas de esterilidad.

Según el tipo de catéter insertado y el uso que se haga del mismo será el posterior mantenimiento, que siempre se debe realizar por enfermeras formadas y cualificadas.

Otro punto a considerar sería si el catéter es el ideal para las exploraciones tomográficas (TAC) con contraste, pues no todos los catéteres son adecuados para la inyección de contrastes a altas presiones y elevados flujos, por el riesgo de roturas. En todo caso, antes de que le implanten pregunte por ello. Si su catéter es adecuado deben indicárselo mediante una tarjeta personalizada. Los PICC y catéteres tunelizados sí indican en su extremo esta cualidad, en los reservorios, por cuanto van totalmente implantados puede ser complicado saberlo sin esta tarjeta y ante la duda, deberían pincharle una vena periférica para evitar el riesgo de la rotura del mismo.

Sea cual sea el catéter que le vayan a implantar no dude en hacer a los profesionales que están junto a usted tantas preguntas como considere, ya sea sobre el procedimiento de la inserción como de las precauciones posteriores a él.

Una vez insertado y pasados unos días, podrá seguir con sus hábitos de vida normales y sin pocas restricciones más allá de tener la precaución de evitar golpes en la zona de inserción, llevar cargas y que no estar en contacto directo con animales o zonas sucias.

En todo caso, si porta uno de estos catéteres no olvide revisar a diario la zona de inserción (siempre con las manos limpias y evitando tocar el punto de inserción), y en caso de detectar enrojecimiento, supuración o endurecimiento o tener fiebre no dude en consultar con su profesional de referencia o acudir a un centro sanitario.
El mantenimiento correcto así como la detección temprana de complicaciones es esencial para preservar ese catéter del que depende su tratamiento dado que la mayoría de complicaciones detectadas precozmente se pueden resolver sin tener que extraerle el catéter.

Y una vez finalizado el tratamiento activo de la enfermedad ya sólo cabe plantearse si su catéter venoso central es necesario y retirarlo, en el caso de los tunelizados y los implantados, este procedimiento debe también realizarse en un quirófano, el PICC puede ser retirado de manera mucho más sencilla y rápida en la consulta o habitación.

Lo dicho, ¡¡Mucho Ánimo si se encuentra en este proceso, Fuerza y Paciencia, tanto si está como paciente como si acompaña en la enfermedad a ese ser querido!!

Charo Boscá. (@Charorx)
Enfermera experta en terapia intravenosa y accesos vasculares

Puede encontrar más información sobre los accesos venosos centrales en:

La guía del uso de vías venosas en adultos. Versión para pacientes publicada por el Ministerio de Sanidad que puede encontrar en:

http://www.guiasalud.es/GPC/GPC_541_Terapia_intravenosa_AETSA_paciente.pdf

En la web de la Fundación Josep Carreras: https://www.fcarreras.org/es/CVC
Guía multilingüe para pacientes que portan PICC (modelo powerPICC de Bard®) https://www.bardaccess.com/assets/literature/0731536_PowerPICC_SOLO_CE_Patient_Guide_Web.pdf

Videos para pacientes y profesionales de Nebraska Medicine (en español e inglés): https://www.nebraskamed.com/central-line

En el Blog “pensaba que era una placa” entradas sobre PICC y reservorio. http://pacienteradiologia.blogspot.com/

Bibliografía

Sousa, B et al, on behalf of the ESMO Guidelines Committee Central venous access in oncology: ESMO Clinical Practice Guidelines. Annals of Oncology 26 (Supplement 5): v152–v168, 2015 doi:10.1093/annonc/mdv296

Grupo de trabajo de la Guía de Práctica Clínica sobre Terapia Intravenosa con Dispositivos no Permanentes en Adultos. Guía de Práctica Clínica sobre Terapia Intravenosa con Dispositivos no Permanentes en Adultos. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias de Andalucía (AETSA); 2014. Guías de Práctica Clínica en el SNS. Consultado el 10 de febrero de 2019 en http://www.guiasalud.es/GPC/GPC_541_Terapia_intravenosa_AETSA_compl.pdf

Grupo de trabajo de la Guía de Práctica Clínica sobre Terapia Intravenosa con dispositivos no permanentes en adultos. Guía de Práctica Clínica sobre Terapia Intravenosa con dispositivos no permanentes en adultos. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía; 2014. Consultado el 10 de febrero de 2019 en http://www.guiasalud.es/GPC/GPC_541_Terapia_intravenosa_AETSA_paciente.pdf

Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista. Colocación de accesos venosos centrales. Consultado el 10 de febrero de 2019 en https://www.seram.es/images/site/6.colocaci%C3%B3n_de_accesos_venosos_centrales.pdf

Comisión de Asuntos Profesionales de la SERAM, Recomendaciones SERAM De no hacer Para médicos prescriptores, radiólogos y pacientes. 2014 Página 48. Consultado el 10 de febrero de 2019 en: https://seram.es/images/site/doc_seram_recom_no_hacer.pdf

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