LA CONFIANZA

Comparte este post

La piedra angular

La confianza es la piedra angular sobre la que se apoyan todas las relaciones sociales. Esto es aún más evidente en las relaciones verticales, es decir, aquellas en las que una persona depende de otra.

El motivo por el que necesitamos confiar en los demás reside en la siguiente paradoja. Por un lado, la cooperación con otras personas fue esencial para sobrevivir a lo largo de la evolución y lo sigue siendo ahora. Por otro lado, no podemos estar seguros de que no nos vayan a traicionar, ya que cada persona tiene libre albedrío y puede hacer que desee. El economista Thomas Schelling describe esta situación con el dilema del secuestrador. Supongamos que un secuestrador se arrepiente de lo que ha hecho y quiere soltar a su víctima. Pero se da cuenta de que existe la posibilidad de que el secuestrado, una vez que sea libre, le denuncie. Por muy agradecida que esté la víctima, será libre de hacer lo que quiera y el secuestrador no podrá hacer nada para evitarlo. ¿Cómo puede el secuestrado convencer al secuestrador de que no irá a la policía? No puede hacerlo. El dilema no tiene solución.

Para resolver este problema nuestra mente dispone de diferentes mecanismos. Uno de ellos es nuestra capacidad para “negar la realidad”. Por ejemplo, todos sabemos que nos pueden pasar cosas malas (accidentes de tráfico, tener cáncer, etc.), pero creemos que le ocurren con más probabilidad a otras personas.

Intentamos no pensar en estas cosas o lo hacemos como si no nos afectaran. En un estudio con resonancia funcional realizado en una Universidad de Israel se observó que, cuando los voluntarios del experimento debían pensar en la posibilidad de que mueran otras personas (aunque sean cercanas), su cerebro procesaba esa información perfectamente. Pero cuando debían pensar en su propia muerte, se “desconectaba” como si no quisiera saber nada de ese asunto. Eso mismo ocurre con el hecho de que la mayor fuente de incertidumbre a la que estamos sometidos es el comportamiento de otras personas. Convivimos con esa realidad como si no existiera, aunque sentimos los efectos de esa incertidumbre cuando no tenemos más remedio que poner nuestra salud, nuestros sueños, nuestros proyectos futuros en manos de otras personas.

La confianza es otra estrategia que utiliza nuestra mente para reducir la angustia que nos genera no saber cómo se pueden comportar otras personas. Se podría decir que es un tipo de sesgo mental que nos permite creer que otras personas, instituciones, etc. se comportarán conforme a lo que se espera de ellas. Es decir, actuarán de acuerdo con los valores morales comúnmente aceptados. Esos valores se acompañan de emociones que ponen límites a las conductas antisociales y favorecen el altruismo. Si pensamos en robar sentiremos ansiedad, si hemos traicionado a un amigo nos sentiremos culpables y si sentimos compasión ante una persona que sufre tenderemos a hacer algo para ayudarla. En general, las personas que son sensibles a las emociones de los demás resultan más confiables.

Los pacientes no tienen la certeza absoluta de que les vayamos a ayudar y por eso sienten miedo. Les preocupan menos las máquinas que las personas. Necesitan saber aquellos en quienes depositan su confianza tienen sentimientos y son sensibles a sus miedos. Cuando un paciente logra confiar en los profesionales que le atienden disminuye su nivel de ansiedad.

En el contexto de la radioterapia y el tratamiento del cáncer de mama se han publicado muchos estudios que intentan valorar la eficacia de algunas estrategias para reducir el nivel de ansiedad de las pacientes. Uno muy conocido es el proyecto llamado “RT prepare” realizado por la psicóloga australiana Halkett. Se trata de un programa psicoeducativo en el que participan diferentes profesionales con el fin de cubrir las necesidades de información de las pacientes. Les dan charlas, les enseñan las máquinas, etc. Otros estudios han valorado la utilidad de diferentes técnicas de relajación y meditación, entre otras. Todas suelen funcionar, pero hay que tener en cuenta que para hacer estos estudios los pacientes y profesionales se tienen que conocer y hablar. En esas interacciones, estas mujeres observaban que sus terapeutas se preocupaban por lograr que su experiencia fuera lo mejor posible. Nadie hace este tipo de estudios de forma fría, distante, sin tener en cuenta a los pacientes. Esto explica en gran medida el éxito de estas intervenciones.

En otro estudio, realizado también con radioterapia y pacientes con cáncer de mama, se llegó a la conclusión de que las pacientes que la primera vez que estuvieron en el servicio de radioterapia (durante la simulación) percibieron que los profesionales las escucharon y ayudaron, comenzaron su tratamiento con menor nivel de ansiedad. Cada paciente es diferente, no hay una receta mágica para todas. Sin embargo, todas necesitan confiar y lo harán antes si observan que nos importan.

María odia su mastectomía. En cambio, Marta siente que su mastectomía le ayuda a ser optimista porque le permite creer que el cáncer no volverá. El cansancio y la piel irritada hacen que Julia se sienta débil y triste al final del tratamiento. Loli, sin embargo, está animada porque piensa que el cansancio y la piel irritada indican que la radioterapia está haciendo efecto. Cada paciente es diferente y especial. Con todas ellas pude compartir anécdotas sobre nuestros viajes favoritos, sobre sus nietos, hijos, parejas, mascotas, etc. Mientras nos conocemos a lo largo de los días, intento decirles de forma no verbal que lo que quizá debí decirles de manera explícita: “Quiero escucharte para entender lo que sientes. Estoy disponible para ayudarte siempre que lo necesites. Eres importante para mí y puedes contar conmigo”.

Mi objetivo es que las pacientes sepan que detrás de la máquina hay una persona con “corazón” que aplica un tratamiento con “cabeza” porque sabe hacer bien su trabajo y, además, se “compromete” a ayudarlas siempre que sea necesario. Son las 3 Cs de la atención sanitaria. Los pacientes necesitan confiar en los profesionales. Por eso valoran tanto encontrar personas con “corazón”, “cabeza” y “compromiso”.

BASILIO LÓPEZ OROZCO

Más artículos

#JXEC24
Ishoo Budhrani

DIARREA Y CÁNCER ¿ QUÉ PODEMOS RECOMENDAR DESDE LA FARMACIA?

Prácticamente a diario vemos pacientes en la farmacia con cuadros de diarrea. Sin embargo, no suele ser habitual que nos cuenten que es debida a los tratamientos oncológicos que están recibiendo. Y es que a pesar de que somos los sanitarios más accesibles que tienen los pacientes, en una patología como el cáncer todavía existen

Leer más »
#JXEC24
Ishoo Budhrani

EL EJERCICIO DE FUERZA Y LA PREVENCIÓN DEL CÁNCER

La relación entre el ejercicio de fuerza y la prevención del cáncer es un tema de creciente interés en la investigación médica y el bienestar general. A medida que avanzamos en la comprensión de los factores que contribuyen al desarrollo del cáncer, se destaca la importancia del deporte de fuerza como una herramienta valiosa en

Leer más »