Si ya de por sí el proceso que se inicia desde que te comunican que tienes cáncer es arduo y lleno de
inseguridad, miedos, altibajos, etc … se suma a toda la ecuación una serie de ideas preconcebidas que dentro del imaginario de la sociedad están muy arraigados, la situación se torna aún más compleja.
Si además hay toda una serie de pseudoterapias que prometen, previo pago por caja, curar de manera milagrosa ( y lo más peligroso de todo, de manera exclusiva, sin el tratamiento oncológico que al que debe someterse) la enfermedad, aparte de compleja se torna peligrosa para el paciente.
Empecemos pues con los mitos y bulos del cáncer, que son numerosos y carentes de base científica, pero de una capacidad de convencimiento desmesurada ( por desconocimiento, por falsa esperanza, por rechazo a las terapias convencionales, etc).
Hay desde factores de riesgo que no son tanto, productos que previenen, productos que curan… etc.
“El cáncer es una enfermedad moderna” Lo que ocurre es que ahora contamos con herramientas diagnósticas más eficaces y se detectan en mayor cantidad.
“El cáncer es contagioso” No es un enfermedad infecciosa, no se puede contagiar. Sí puede ser producto de la evolución de enfermedades infecciosas ( SIDA, hepatitis, VPH, etc)
“El cáncer es hereditario” Existe una cierta predisposición en ciertos tipos de cáncer, pero éstos casos suponen un 5/10 % del total, lo que significa que el 90% son esporádicos. Los que tienen un mayor componente hereditario serían el de mama y el colorrectal. Siempre contando con el criterio médico, los pacientes que cumplan además de ese componente hereditario, otra serie de características ( familiares con cáncer a edades tempranas, parentesco de primer grado con el mismo tipo de cáncer relacionado, etc) se deben realizar una serie de pruebas periódicas a modo de prevención.
“La quimioterapia mata lo bueno y lo malo” El tratamiento de quimioterapia destruye las células que tienen un crecimiento anormal o muy rápido. Sin embargo, es cierto que hay células de nuestro organismo que sin ser malignas, también cumplen con éstas características ( mucosas, piel, folículos pilosos). Ésto tiene como consecuencia la mayoría de los efectos secundarios de la quimioterapia ( caída del pelo, diarrea, alteraciones cutáneas y de las uñas, etc)
“El cáncer siempre duele” No tiene por qué, dependerá de la zona en la que se localiza el tumor.
“El estrés causa cáncer o lo empeora”: no causa cáncer, a pesar de no ser la situación ideal ( aunque bastante real) para el paciente. El cáncer empeora según una serie de parámetros, como la localización, la velocidad de crecimiento y la extensión. Tener una actitud positiva desde luego ayuda a tratar con la enfermedad, pero no la trata.
“Desodorantes, café, té verde, limón, azúcar, sacarina, aditivos, transgénicos, …”
Nada de ésto provoca cáncer.
El café se ha demostrado que es hasta beneficioso, el té es antioxidante de hecho. No se ha demostrado que sea ni bueno ni malo. Igual con el limón.
El azúcar, de manera indirecta ( por aumento de peso) sí puede elevar el riesgo de padecer cáncer. Recordemos que el consumo diario no debe sobrepasar los 25 g diarios. Los edulcorantes han demostrado alteración en las mucosas… en ratas. En humanos no existe ningún estudio contrastado.
Los trangénicos no cambian nuestros genes, sólo incorporan otros genes para mejorar sus características. Los desodorantes tampoco provocan cáncer.
“Vitaminas y plantas de todo tipo”
Los antioxidantes naturalmente presentes en frutas y verduras pueden reducir la probabilidad de tener algunos tipos de cáncer, no así los suplementos vitamínicos ( ningún estudio lo avala). Los más “usados” son la vitamina C, E y betacaroteno.
El uso y abuso de plantas que supuestamente curan o previenen el cáncer es muy amplio desgraciadamente. Ningún estudio serio lo demuestra. Pero cuidado, muchas de ellas (ginkgo, ajo, ginseng, hierba de San Juan, y un largo etc) pueden ser perjudiciales por el tratamiento concomitante habitual del paciente o interferir en el propio tratamiento oncológico.
Así, lo principal es que si tienen dudas sobre éstos temas el paciente acuda a su médico, que debe ser la persona de referencia antes de tomar ninguna decisión. Además teniendo en cuenta que como poco no harán nada, pero podrían ser peligrosa
Pseudoterapias: soluciones benévolas, milagrosas y a veces perniciosas.
Pese a la evolución constante que tienen los tratamientos oncológicos, no siempre se tiene una respuesta o solución para poder plantarle cara al cáncer. Además, cuando la hay, no es plato de buen gusto para el paciente.
Ésto favorece un caldo de cultivo perfecto para que ante la necesidad de una solución más bondadosa, los pacientes ( vulnerables y llenos de incertidumbre) abracen cualquier posible solución por disparatada que a priori pudiera parecer. Sobre todo pacientes como pueden ser los de edad avanzada o que viven en soledad. No debemos nunca estigmatizarlos ni culpabilizarlos, siempre ser comprensivo pero firme a la hora de informar sobre ellas. Quieren tener una idea de control, mejorar los síntomas del tratamiento, se desesperan y es lógico.
Éstas pseudoterapias prometen la curación, prevención o mejoría de los síntomas sin ningún respaldo científico ni pruebas que lo acrediten. Las hay totalmente inverosímiles, desde veneno de serpiente hasta Reiki, pasando por frutas exóticas o la energía cósmica.
El principal riesgo de éstas prácticas reside en abandonar el tratamiento oncológico, o incluso utilizarlos de manera complementaria, ya que puede haber interacciones. También pueden ser peligrosos por sí mismos y además provocar daño psicológico y emocional al no ver las promesas cumplidas. Y sin embargo 1 de cada 3 pacientes los usan.
Según el Plan estatal de Pseudoterapias existen 139, siguiendo el esquema:
En general, podemos sospechar de cualquier terapia que:
.- No esté incluida en el SNS
.- Use frases del tipo: “ es natural” “ sin efectos adversos”, “ viene de un lugar extraño”,
“ tradicional”, “ sin química”, “ me funciona”, “ energias del universo”, “ tú te curas a tí”… etc
Entre 1000 y 1500 personas mueren al año por culpa de éstas pseudoterapias, y seguramente debido a lo complicado que resulta hacer éste cálculo, serán más.
Es vital que como sanitarios divulguemos información veraz y contrastada para evitar el uso/abuso de éstas pseudoterapias y contribuyamos a que el paciente viva el proceso contra su cáncer con todas las garantías.
