Las células tumorales aparecen entre 6-10 veces a lo largo de nuestra vida. Cuando el sistema inmunológico de una persona es fuerte, las células cancerígenas son destruidas, evitando su multiplicación y la formación de tumores.
Cuando una persona desarrolla cáncer, indica una deficiencia nutricional, agravada por diferentes motivos genéticos, medioambientales, o por su estilo de vida.
Una correcta evaluación nutricional y la mejora de los hábitos nutricionales para reforzar el sistema inmunológico, son importantísimos para restablecer las defensas y hacer frente a las terapias (quimio, radio o cirugía) que generan una gran toxicidad en un organismo ya debilitado.
Se ha demostrado que las células cancerígenas prefieren un ambiente ácido y anaeróbico, por lo que la terapia nutricional se basa en evitar aquellos alimentos que generan acidez y en estimular la oxigenación celular. Ejercicio diario y técnicas de respiración abdominal también son de gran ayuda.
Cuando el paciente tenga la masa magra conservada, se estima que debe ingerir 1-1,5 g proteína por Kg de peso y día. Si presenta una disminución de la masa magra, se debe incrementar la ingesta a 1,5-2,5 g/kg y día.
La dieta debe estar basada en proteínas de alta calidad (pescado, cortes magros de ternera, aves, huevos…), frutos secos, vegetales, frutas frescas y de temporada.
Es conveniente evitar: azúcar, carne roja, fruta muy ácida o muy madura, refrescos, coca-cola, zumos comerciales, bollería industrial y comida rápida.
Estas recomendaciones son a modo general, aunque es necesario valorar los factores individuales para diseñar la dieta de forma personalizada:
Tener en cuenta las preferencias y aversiones alimentarias.
Comer en un ambiente tranquilo y relajado.
Comer despacio y masticar cada bocado, al menos 6 veces para extraer todo su potencial nutricional.
Tomar los alimentos templados o a temperatura ambiente.
Modificar la textura y consistencia de los alimentos si es necesario.
Evitar alimentos flatulentos, muy condimentados, con olores intensos o las carnes rojas.
Fraccionar las comidas en 5-8 tomas/día:
En todas las comidas debe haber: proteína, grasa e hidratos de carbono.
No dejar pasar más de una hora, desde que uno se levanta para desayunar.
No dejar pasar más de 5 horas entre comidas.
Si pasan más de 3 horas desde la cena a la hora de acostarse, se puede tomar un tentempié (tipo ½ mañana o merienda).
Desayuno:
Café/té/infusión/bebida vegetal, 3 raciones de grasa favorable (1 ración= 1 nuez = 3 avellanas o almendras = 5 cacahuetes = 6 pistachos = 1/3 cuch. aceite oliva = 3 aceitunas = 1/4 aguacate) y elegir una opción:
Una pieza de fruta, 2 lonchas de embutido magro (jamón serrano, cocido, pavo, lomo o cecina).
Bocadillo (40 g pan integral), 2 lonchas de embutido magro, atún, humus o tortilla.
1 pan amb tumaca (40 g pan integral, 1 rodaja de tomate, 1 cucharada de aceite y 2 lonchas jamón serrano (sin frutos secos).
Huevos revueltos y una pieza de fruta.
Media Mañana:
Yogur y una ración de frutos secos.
Una pieza de fruta, una ración de frutos secos y 30 g fiambre magro.
COMIDA: REGLA DEL PLATO
1/3 del plato de proteína favorable: pescado, carne magra (ternera, pollo, pavo), huevo, marisco…
2/3 del plato de HC favorables: guarnición.
-verdura, ensalada, menestra-, caldo/puré vegetal o fruta*.
Grasas insaturadas: 1 cuch. aceite de oliva = 3 nueces = = 1/2 aguacate = 9 aceitunas).
*HC menos favorables (pan, pasta, arroz, patatas, cereales, plátano, pasas, uvas, zanahoria, remolacha, calabaza, maíz, guisantes, SÓLO 1/3, INTEGRAL, “al dente”· y no mezclar).
Enriquecer los platos con aceite de oliva, huevo picado, nata, mahonesa, etc.
Merienda: igual que media mañana.
Cena:
Regla del plato
Ensalada Coherente:
1/3 plato de proteína: tacos jamón cocido, tacos de pollo a la plancha, atún en conserva (cristal), queso burgos, sardinillas, huevo cocido, salmón, etc.
2/3 de HC: lechuga (mejor amargas y de hoja pequeña), cebolla, tomate, zanahoria, apio, fruta, etc.
Grasa insaturada: aceite oliva, aceitunas, aguacate..
Revuelto de gambas, atún, fiambre magro, espárragos, ajetes, etc. Fruta de postre.
Beber 1,5-2 litros de agua al día. Mejor fuera de las comidas.
La preparación de los alimentos será a la plancha, cocidos, al vapor, horno…. Evita preparaciones culinarias que incorporan mucha grasa: fritos, guisos, empanados, potajes, etc.
Se puede condimentar la comida (limón, vinagre, especias, pimienta…) para dar sabor a los platos.
Tomar cada noche este caldo depurativo: 2 puerros, 2 zanahorias, 1 calabacín pequeño, 1 rama de apio, 2 nabos, ½ repollo verde, tomillo, laurel y estragón. Lleva a ebullición en 2 litros de agua sin sal y mantener a fuego lento 40 minutos. Pasado este tiempo retira los ingredientes.
Otros consejos:
El omega-3 (a partir de 5g/día), frena la inflamación, la proliferación celular, estimula el metabolismo y el sistema inmunológico. Además, también tiene cierto efecto equilibrador del estado de ánimo.
En caso de estreñimiento poner a remojo dos cucharadas de semillas de lino en agua y por la mañana beber el líquido y tomar las semillas en un yogur.
Para combatir la hiperacidez es conveniente tomar 1 cucharada de bicarbonato a la semana.
Una semana antes de comenzar la radioterapia empezar a tomar zumo de aloe ecológico, 60 ml cada desayuno para prevenir las quemaduras y mejorar las digestiones
Adaptaciones Nutricionales en función de los efectos secundarios de las terapias
El proceso de la enfermedad y su tratamiento pueden producir desnutrición proteico-calórica en el 40-80 % de los pacientes, que cursa con desgaste progresivo, pérdida de masa muscular, debilidad, bajada de defensas y peor tolerancia a la terapia.
La desnutrición es un factor predictor de mal pronóstico y tiene una causa mixta, por un lado se incrementa el gasto energético por la contribución de ciertas citokinas (TNF alfa, IL1, IL6; IFN gamma) y hormonas (AIS, LMF, LIF, PIF y toxohormona-L); y por otro lado se produce una disminución de la ingesta.
Existe una anorexia psicógena provocada por cambios en los neurotransmisores reguladores del apetito del núcleo arqueado (se activan los estimuladores de la saciedad como la propiomelancortina y el CART; y se inhiben los estimuladores del apetito (NPY y AGRP).
Si en el paciente aparecen trastornos como disfagia, disgeusia, náuseas, vómitos, anorexia, xerostomía, mucositis o diarrea, se reduce aún más la ingesta, favoreciendo la malabsorción y la aparición de caquexia cancerosa, presente en 2/3 de los fallecidos a causa del proceso tumoral.
El tratamiento con quimioterapia o radioterapia puede provocar el síndrome de boca seca (xerostomía), la disminución del sentido del gusto (hipogeusia) o la perversión de los sabores (disgeusia).
Pueden desaparecer a las pocas semanas de terminar el tratamiento o bien mantenerse durante varios meses. Disminuye el umbral de percepción para los sabores amargos y salados y aumenta el umbral para los dulces. Aparece rechazo frecuente hacia la carne y preferencia por los lácteos.
Es necesario ajustar la dieta tras valorar algunos factores: anorexia, disfagia, odinofagia, malabsorción, fístulas, obstrucción intestinal, úlceras digestivas, hemorragia digestiva, alteraciones olfativas, disgeusia, xerostomía, pérdida de piezas dentarias, mucositis, diarrea, fístulas, estenosis, obstrucción, malabsorción, náuseas, vómitos, estomatitis, íleo paralítico, constipación, hepatotoxicidad, nefrotoxicidad.
En pacientes que han pasado por cirugía es necesario tener en cuenta la posibilidad de: hipercatabolismo, ayuno prolongado, saciedad precoz, alteración de la masticación, deglución, motilidad gástrica, malabsorción, síndrome de intestino corto o déficit de vitamina B12.
En las siguientes infografías he resumido consejos muy prácticos que podemos compartir con nuestros pacientes desde el mostrador para mejorar su estatus nutricional y su calidad de vida en situaciones muy frecuentemente asociadas a la progresión de la enfermedad.
Dra. Amil López
Nutricionista Col.GA00073
http://www.dietacoherente.com
